La conversación social ha experimentado una transformación sin precedentes, marcando un hito en nuestra comprensión colectiva. Desde los días de los cafés como centros de intercambio social hasta la explosión de las redes sociales y plataformas digitales, cada interacción y palabra digitalizada ha contribuido a moldear nuestra realidad social y cultural.
En este nuevo contexto, la necesidad de escuchar de manera más activa y comprensiva se ha vuelto crucial, especialmente en un mundo donde la incertidumbre, la polarización y la volatilidad definen nuestra realidad. Sin embargo, este cambio no solo implica una evolución en nuestra capacidad para entender la conversación social desde el lado humano, sino que también nos lleva a reconocer que la sinergia con lo algorítmico es indispensable si queremos encontrar conexiones inesperadas y revelar profundidades ocultas en la información que nos rodea, especialmente para el caso de las compañías que operan en la era actual.
Sirven para ilustrarlo, tres de las claves que analizamos en el libro que acabamos de lanzar desde LLYC “De la palabra al algoritmo. Inteligencia artificial para entender la opinión pública”. Por un lado, utilizando datos y modelos algorítmicos avanzados, las empresas pueden detectar la aceleración de tendencias. Esto no solo permite anticiparse a los cambios en el comportamiento del consumidor u otros grupos de interés, sino también adaptarse rápidamente a nuevas condiciones de mercado, aprovechando las oportunidades antes que la competencia por medio de técnicas predictivas.
En segundo lugar, gracias al uso de técnicas de Big Data y Machine Learning, las empresas pueden minimizar los riesgos asociados con la incertidumbre actual. La capacidad de combinar consultoría y algoritmos para analizar grandes volúmenes de datos permite ofrecer una visión más precisa de futuros escenarios posibles y ayuda a las compañías a construir estrategias de antifragilidad.
Finalmente, superados ya los enfoques exclusivamente sociodemográficos, el uso de datos y de nuevos modelos de interpretación de estos permite descubrir y entender las interrelaciones y la dinámica entre diferentes comunidades basándose en su expresión espontánea en plataformas digitales. Este conocimiento trasciende los métodos tradicionales de segmentación de mercado y permite estrategias de comunicación y marketing mucho más personalizadas y efectivas.
Estas claves demuestran que el uso de datos y algoritmos no solo ofrece una ventana hacia un futuro más certero, sino que también amplía nuestra comprensión del tejido social y cultural en el que operamos. Al aprovechar tanto la objetividad de los datos como la comprensión humana de su significado, no solo avanzamos hacia soluciones más efectivas y respuestas más informadas a los desafíos que enfrenta nuestra sociedad, sino que también nos posicionamos para actuar con mayor audacia. Esta sinergia entre lo algorítmico y lo humano empodera a las empresas y organizaciones a romper con lo convencional, explorar nuevos territorios y adoptar enfoques innovadores que antes parecían riesgosos o inalcanzables.
– David González Natal, Socio y Director General de la Región Norte de Latinoamérica en LLYC