Las redes de telecomunicaciones fijas cuentan con características técnicas y capacidades tecnológicas que les permiten desempeñar una función crucial en la conectividad.
Las mayores capacidades y velocidades de transmisión de datos que algunas redes fijas de acceso a internet proporcionan en comparación con aquellas móviles (tal es el caso del servicio provisto por Fibra Óptica o redes híbridas de Fibra/Coaxial) permiten el uso casi irrestricto de plataformas y aplicaciones intensivas en consumo de datos por múltiples usuarios a la vez y la prestación de diversos servicios, que anteriormente se ofrecían de manera individual, mediante una misma red.
Bajo esta lógica, en mercados desarrollados en términos tecnológicos como el estadounidense se pronostican mayores tasas de crecimiento en el tráfico de datos mediante conexiones fijas que en aquellas móviles. En nuestro país, se registra un escenario opuesto como resultado de la creciente adopción de Banda Ancha Móvil (BAM), la limitada competencia en infraestructura y accesos de Banda Ancha Fija (BAF) y la insuficiente inversión en redes fijas de última generación por parte del operador que concentra la mayoría de los accesos a internet fijo del país: Telmex/Telnor.
Mientras que sus principales competidores en este mercado proveen servicios a prácticamente la totalidad de sus suscriptores mediante redes de Fibra Óptica o combinadas con cable coaxial, de acuerdo con datos del IFT, las subsidiarias del agente económico preponderante aún mantienen una ponderación de más de 80% de sus suscriptores en el umbral de la obsolescencia tecnológica que implican las conexiones DSL.
Ello, al utilizar la misma infraestructura de cables de cobre trenzado que la compañía desplegó durante el siglo pasado, como lo realizaron otros operadores alrededor del mundo.
Como resultado, 46% de los usuarios de BAF del país (7.4 millones) accede a internet a través del servicio que se ha colocado de forma consistente en los últimos dos lugares en términos de velocidades de descarga entre los principales operadores de México, de acuerdo con el ranking de velocidades generado por el principal proveedor de contenidos audiovisuales bajo demanda por suscripción del mundo (Netflix).
La creciente demanda por conectividad derivada del aumento en el número de accesos y el consumo de las aplicaciones de internet requiere un proporcional aumento de cobertura, actualización y oferta suficiente de capacidades de infraestructura de red por parte de los proveedores, para garantizar un soporte en las mejores condiciones de esta alza en el tráfico y volumen de usuarios.
En este ámbito, destacan los esfuerzos recientes de inversión y oferta competitiva de los operadores distintos al preponderante, especialmente de aquellos cableros, para aumentar la cobertura y alcanzar la modernización de sus redes. Sin embargo, estos alcanzan una significativamente menor huella de mercado y tenencia de clientes frente al preponderante, por lo que casi una mayoría de los usuarios de internet fijo enfrentan condiciones subóptimas de acceso al servicio.
Es así como, mediante el pobre desempeño en términos de velocidad, desactualización e insuficiente inversión en sus redes, el preponderante en telecomunicaciones constituye un agente de rezago y ancla de la conectividad de los mexicanos.
Ernesto Piedras es Director General de The Competitive Intelligence Unit