Que el director financiero (CFO) o el de Operaciones (COO) promocionen a consejero delegado o director ejecutivo (CEO) de una organización es un salto habitual que, por lo general, no sorprende; pero… ¿y si es el CIO el que escala?
¿Es normal que el máximo responsable de la estrategia de tecnología de una corporación consiga ascender al podio del escalafón empresarial? La respuesta es sí, éste es un movimiento que se da con más asiduidad.
El motivo es fácil de comprender: la tecnología es un activo cada vez más estratégico para el negocio, más aún en la era digital actual.
Por ello no extraña que la firma de análisis IDC considere que en 2022 un tercio de los nuevos CEO provendrá del mundo de las TI.
“Sin necesidad de obsesionarse con los puestos de la denominada C-suite, lo que resulta una tendencia evidente es que directivos de áreas tecnológicas y con formación en esta materia evolucionen hacia la dirección general en un entorno en el que la tecnología juega un papel cada vez más indudablemente estratégico e importante”, reflexiona Enrique Dans, profesor de Innovación en IE Business School.
“Decir en este momento que el departamento TIC no es clave en una empresa sería pecado”, sentencia por su parte Sara Álvarez, IT Manager de Spring Professional del Grupo Adecco, que recuerda que en el mundo cambiante en el que vivimos la transformación forma parte de cualquier estrategia empresarial y el pensamiento digital está integrado en el negocio.
Para la experta, “ser punteros, tener las herramientas, extraer los datos y dar soluciones entendiendo siempre al negocio” son los factores que hacen que en la actualidad los CIO se transformen en directores generales. ¿Por qué? “Porque conocen las necesidades internas, saben del mercado y poseen la visión global que se necesita. Trabajan presupuestos, gente, proveedores, estrategias, liderazgo y se han hecho a ellos mismos como claves en cualquier organización”, argumenta.
Para Xavier Ferrás, profesor titular del Departamento de Operaciones, Innovación y Ciencias de Datos de Esade, este paso aún no es suficientemente frecuente. “Pero va a serlo”, vaticina, matizando que el salto tendrá un un paso intermedio: el director de tecnología se convertirá en director de innovación (también CIO o Chief Innovation Officer) para luego convertirse en CEO.
“Se están dando cambios fundamentales en management debido a la revolución tecnológica. En primer lugar, dice Ferrás, la tecnología condiciona la innovación. “Se puede innovar de muchas maneras, pero desarrollar nuevas tecnologías, hacer investigación y desarrollo (I+D) genera mayores ventajas competitivas y mayores barreras de entrada a la competencia. Y hoy hay maneras muy eficientes de hacer I+D, a través de procesos de innovación abierta. En segundo lugar, la innovación condiciona la estrategia. No puedo no tener una estrategia innovadora. Así que el antiguo director de sistemas de información gana peso, se convierte en director de tecnología o innovación; y finalmente en director de estrategia o CEO”.
No hay que olvidar, añade Ramón Cabezas, en otros tiempos CIO de Endesa y ahora presidente de Kaps Management Group (empresa fundada por él mismo y especializada en consultoría para mejorar la eficiencia de los procesos empresariales y la transformación digital) que “las de CIO y CEO son las únicas funciones que tienen la capacidad de ver todos los procesos y problemáticas de la empresa, ya que el resto disponen de visiones parciales y no transversales”. Es por ello por lo que, en su opinión, que el CIO logre ser un excelente CEO es un paso muy natural.
“También me gustaría añadir que cada vez más responsables del área comercial o de marketing van a ocupar los puestos de los CIO, ya que temas como el customer experience (experiencia del cliente) en una visión customer centric (centrada en el consumidor) van a impulsar nuevas transformaciones empresariales que incluyan grandes dosis de digitalización de sus procesos”, afirma.
Esther Macías, IDG.es