En un mundo hiperconectado, la información se mueve a la velocidad de un clic. Lo que ocurre en un rincón del planeta puede volverse noticia global en segundos. Esta inmediatez impacta directamente en la imagen y reputación de las marcas, donde un solo error, ya sea interno o externo, puede captar la atención de miles, incluso millones de personas. Esto pone en riesgo no solo la credibilidad, sino en casos extremos, la estabilidad financiera de las empresas.
Las compañías internacionales enfrentan constantes amenazas, como la falsificación de productos y la suplantación de identidad de sus marcas, riesgos que hoy son comunes en todos los sectores. Entre las amenazas digitales más críticas están el phishing, la venta de productos falsificados, la diseminación de información falsa en redes sociales y la existencia de canales de venta no autorizados. Estas prácticas no solo comprometen la integridad de la marca, sino que también generan fraudes que afectan tanto a las empresas como a los consumidores.
Akamai, empresa en la nube que potencia y protege la vida online, señala en su reporte “El estado de la Segmentación 2023, superar los obstáculos de despliegue transformacional” que en el último año, tan solo el sector financiero sufrió más de 9 millones de ciberataques, lo que muchas veces ha implicado un impacto significativo en la reputación y confianza de los clientes.
En México, el costo promedio de recuperación de una violación de datos ramsomware se estima en $1.82 millones de dolares, de acuerdo al articulo “Principales estadísticas sobre ciberseguridad para 2024” de Cobalt. Estos costos no solo incluyen la pérdida financiera directa, sino también los costos intangibles como la pérdida de la confianza del consumidor y el daño a la marca.
Ante este panorama, la ciberseguridad se ha convertido en un pilar fundamental para cualquier compañía que busque proteger su reputación y mantener la confianza de sus clientes.
“La ciberseguridad no es solo un tema técnico; es clave para proteger la imagen de una empresa. En un entorno donde la confianza del consumidor es vital, cualquier brecha de seguridad puede dañar severamente la percepción de la marca”, comentó Helder Ferrão, director de Estrategia Industrial de Akamai LATAM. “Hoy en día, los consumidores mexicanos son más conscientes de los riesgos cibernéticos y esperan que las marcas con las que interactúan tomen medidas proactivas para proteger sus datos”.
Una investigación de Akamai sobre la confianza de los mexicanos en e-commerce, revela que en México, tan solo 19% de las personas encuestadas confían en que las marcas van a cuidar y proteger su información personal, y parte de esa confianza nace de la reputación que tiene la marca en diversos canales digitales.
Por otra parte, el 78% de las personas, consideran que los sitios web deben explicar mejor sus medidas de seguridad.
Helder recalcó la importancia financiera para las empresas de contar con recursos de ciberseguridad óptimos: “recuperarse de un ciberataque implica una compleja mezcla de costos directos, gastos legales y regulatorios, esfuerzos de retención de clientes e inversiones a largo plazo para reconstruir la confianza. Para las organizaciones en México, las apuestas son particularmente altas dada la vulnerabilidad de la nación a las amenazas cibernéticas y los significativos desembolsos financieros requeridos para restaurar la reputación de las marcas. Mientras que el costo promedio global de una violación sigue aumentando, las organizaciones mexicanas deben priorizar tanto las defensas de ciberseguridad como las estrategias de recuperación post-ataque para mitigar los riesgos continuos que plantean los ciberdelincuentes”.
Por ello, las empresas mexicanas deben incorporar la ciberseguridad como un componente esencial en sus estrategias operativas, apoyándose en herramientas de monitoreo continuo de la actividad online. Soluciones como Brand Protector de Akamai alertan rápidamente a las empresas sobre posibles amenazas, permitiéndoles actuar de inmediato para proteger su reputación e ingresos.
Áreas críticas de vigilancia online
Como mencionamos anteriormente existen múltiples riesgos dentro de la vida digital de las empresas, alguna de las más importantes son:
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Redes sociales: herramientas de doble filo, son poderosas para la promoción, pero también un terreno fértil para impostores que buscan engañar a los consumidores y dañar la reputación de las marcas.
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Aplicaciones no autorizadas: estas pueden ser usadas para robar credenciales, malversar cuentas e incluso inyectar malware. Detectar y bloquear estas aplicaciones es crucial para prevenir la suplantación de identidad y proteger datos sensibles como números de tarjetas de crédito e información personal.
Siempre es importante recordar que la prevención es la mejor estrategia. Implementar políticas de ciberseguridad sólidas y preparar a los equipos para manejar posibles incidentes no solo protege a la empresa, sino que también refuerza su reputación en el mercado.
“Las empresas deben ir un paso adelante de los ciberdelincuentes. La inversión en ciberseguridad no es un gasto, sino una inversión en la continuidad del negocio y en la confianza que los consumidores depositan en la marca. En un escenario digital donde la reputación puede destruirse en minutos por un incidente de ciberseguridad, las empresas mexicanas deben priorizar la protección de sus activos digitales para salvaguardar la confianza de sus consumidores y su posición en el mercado”, concluyó Helder Ferrão.