Actualmente, los cambios en el rendimiento laboral con efectos en la calidad de vida son cada vez más comunes en nuestro país; entre los factores que pueden detonarlo se encuentran la transformación de los mercados laborales en una época digital, la creciente competitividad, las largas jornadas, las cargas de trabajo excesivas y las extenuantes distancias de traslados, factores de estrés laboral.
Como resultado, millones de trabajadores de diversos sectores se ven afectados por lo que se conoce como “síndrome de burnout”, fenómeno convertido en uno de los principales problemas de salud de nuestra generación; de hecho, un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reveló que el crecimiento de la productividad laboral fue ligeramente superior entre 2010 y 2016, pero sigue siendo el más bajo de los países que conforman la organización. Bajo este panorama, México continúa como uno de los países reconocidos con mayor estrés laboral, superando a China (73%) y Estados Unidos (59%).
Además, el mercado laboral para las generaciones millennial y Z presenta condiciones de trabajo con bajos salarios y reducidas expectativas de desarrollo, lo que ha provocado que al menos el 75% de la generación Z deje su puesto por razones de salud mental; si a eso se suma que la ansiedad es el principal trastorno mental en México, es claro que el país se encuentra en un momento crítico.
Por lo anterior, de manera reciente se aprobó una norma que señala que a partir de octubre de 2020 las pequeñas, medianas y grandes empresas – a nivel nacional – deberán atender los elementos que pueden desencadenar un padecimiento de salud mental en sus trabajadores, entre los que se encuentran el estrés, la ansiedad y el desequilibrio del sueño; que más allá de disminuir la calidad y productividad, tiene un impacto a nivel personal y familiar – que puede presentarse con efectos físicos como migrañas, hipertensión arterial e incluso cardiopatías.
Existen formas que ayudan a controlar los niveles de estrés adentro y fuera de la oficina, iniciando con la organización eficiente del tiempo y la agenda, para pasar de esa forma al manejo adecuado del estrés, en donde la práctica de conciencia plena o mindfulness puede ser muy útil al ser una actividad que consiste en construir la capacidad de gestionar emociones, reacciones, actitudes y pensamientos para afrontar las situaciones que se presentan en la vida, que aplicadas de manera constante pueden tener un efecto directo en el rendimiento laboral, pues genera un impacto positivo en la concentración, la memoria, la creatividad, la inteligencia emocional y la motivación.
Cómo practicar mindfulness en el trabajo
Grandes corporaciones ya aplican el mindfulness en sus programas para trabajadores – Google, General Mills, Nike, Target, Goldman Sachs, Apple y hasta la mismísima Oprah ya implementaron prácticas formales de mindfulness a gran escala; pero el mindfulness aplica a equipos de todos los tamaños e industrias.
A pesar de que esta tendencia está ganando un gran terreno en el ámbito laboral, no todos los entornos de trabajo están diseñados de manera óptima para la conciencia plena; sin embargo, las alternativas para lograrlo son muy variadas, desde realizar actividad física en la oficina – el Instituto Mexicano del Seguro Social recomienda estiramientos y ejercicios de respiración en el lugar de trabajo, o incluso utilizar las opciones tecnológicas que están al alcance de cualquier persona y en las cuales hoy en día existen aplicaciones que han sabido crear formas de relajación por medio de técnicas que combinan la eficacia del mindfulness y la meditación; entre estas.
Ante el anterior panorama, Calm recomienda un programa llamado “Conciencia plena en el trabajo”, que se enfoca en la relajación integral con sesiones especialmente creadas para reducir los niveles de estrés y ofrecer bienestar mental, constando de 6 sesiones, de entre 10-12 minutos de duración cada una, dirigidas especialmente a aquellas personas que buscan – y necesitan – reducir el estrés, mejorar relaciones y aumentar su productividad, ya que el programa consta de 6 sesiones, de entre 10-12 minutos de duración cada una, dirigidas a temas como escucha consciente, resolución de conflictos y cómo mejorar la comunicación.
Hoy, no se puede negar que el bienestar mental es importante para el rendimiento profesional y buscar herramientas que lo apoyen es vital, por lo que voltear a ver elementos que ya forman parte de la vida cotidiana – como internet, celulares y computadoras – resulta en un uso positivo de la tecnología y en un recurso para disminuir el síndrome de burnout.
Por Calm