Por José Ramón González, director general de Hitachi Data Systems México, Centroamérica y el Caribe
De acuerdo con la SNIA (Storage Networking Industry Association), 68% de todos los datos en las organizaciones están inactivos 90 días después de su creación. Lo anterior quiere decir que más de la mitad de la información protegida con las políticas más estrictas de seguridad y que reside en costosos sistemas de almacenamiento no es utilizada.
Pero, ¿quién tiene el tiempo o las herramientas para llevar a cabo realmente la clasificación de datos? La mayoría de las organizaciones utilizan aplicaciones como servidores proxy, pero aún así es un error suponer que todos los datos creados por una aplicación de misión crítica siguen siendo críticos a través de su ciclo de vida. En el caso de algunas aplicaciones, como la facturación, el valor de los datos es casi seguro que disminuye con el tiempo, a pesar de que podría recuperar importancia más tarde, por ejemplo, al terminar el año.
En general, todas las empresas se enfrentan a una serie de retos en cuestión de almacenamiento y administración de datos: reducir los costos, minimizar la complejidad en el uso de equipos y aplicaciones, además de mejorar la calidad de sus servicios con la ayuda de nuevas tecnologías. Pero, ¿cómo lograrlo mientras la necesidad de almacenamiento crece?
La entrega de una solución viable no ha sido fácil. La “jerarquía de almacenamiento” se ha discutido por años y se describe simplemente como poner los datos correctos en el dispositivo adecuado y en el momento indicado. Por lo tanto, los datos se mueven de un nivel a otro según sea necesario, pero el “movimiento” y “cuando sea necesario” son aspectos que no han sido fáciles de lograr.
En la actualidad, con el aumento de la demanda de soluciones para guardar y administrar información, la economía del almacenamiento está en la agenda. Por supuesto, una vez que se cuenta con las herramientas que hacen posible una jerarquización eficaz, los usuarios también comienzan a buscar la “economía de oportunidades”, lo que contribuye a mejorar la eficiencia de las organizaciones.
Uno de los desafíos más importantes en materia de almacenamiento y administración de datos es averiguar qué datos y aplicaciones hay que guardar. Para clasificarlos es esencial la construcción de un entorno inteligente de almacenamiento por niveles, tecnología que es cada vez se torna más importante (de hecho, un requisito para muchas organizaciones) ya que se trata de una cuestión de economía.
Para jerarquizar la información es importante tener claras las necesidades específicas de cada empresa. De hecho, lo que hemos estado buscando no es una jerarquía de almacenamiento per se, como la que siempre existió. En su lugar, lo que es necesario es una jerarquía de almacenamiento dinámico, es decir, que los datos cambien de lugar según su uso y ciclo. Se trata de una solución de almacenamiento flexible, a través de bloques y archivos, con una inteligencia propia. Una solución de este tipo implica también ahorros al hacer más eficiente el uso de los sistemas y, muy importante, permite que información actualizada sea realmente accesible para brindar un mejor servicio y tener una organización más competitiva.
Sin embargo, el almacenamiento dinámico aún no es muy común. Con él las empresas arriesgan casi nada, pero pueden obtener grandes recompensas.