Con la próxima salida del Reino Unido de la UE, las leyes de protección de datos podrían sufrir transformaciones en toda Europa y tener consecuencias a largo plazo para las empresas internacionales, que tendrían que replantearse sus políticas de gestión de datos.
A nivel comunitario, hay una directiva general que rige estos temas en todos los Estados miembros, como recuerda Geeman Yip, presidente de la consultora BitTitan. “Ahora que Reino Unido no es parte de la Unión Europea (UE), las directivas básicas van a cambiar”, sostiene.
Dicho de otra manera: cuando Reino Unido se separe de la UE, estas leyes podrían cambiar y las empresas que operan en Europa pueden tener que gestionar un conjunto de leyes de protección de datos específicas en Reino Unido, y otra para los países miembros de la UE.
La cuestión tendrá un impacto tanto en la nube como en los proveedores de servicios administrados, que puedan necesitar ofrecer opciones adicionales para que los clientes reciban los datos en toda Europa.
Aún es demasiado pronto para asegurar exactamente cuál será el impacto, pero los expertos alientan a las empresas que operan en toda Europa a que estudien la situación.
El Acuerdo Safe Harbor
Otra cuestión tiene que ver con el Acuerdo de Puerto Seguro (Safe Harbor) que mantenían Estados Unidos y la Unión Europea y que ha sido invalidado hace unos meses. Ante ello, la UE ha creado el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), que se espera sea la norma común en toda la UE para las leyes de privacidad de datos. Ahora que Reino Unido está saliendo de la UE, no está claro si el país adoptará las normas GDPR, o tendrá la suya propia.
Muchos grandes proveedores estadounidense de tecnología de nube tienen centros de datos en el Reino Unido, que actúan como centros europeos, subraya Dana Simberkoff, miembro de la consultora especialista en SaaS, AvePoint. En su opinión, puede que los planes de este tipo de empresas en el Reino Unido se vuelvan escasos, al menos hasta que se aclare la postura del país.
Según Gartner, el Brexit causará cierta agitación en el mercado de TI, ya que habrá que ordenar los aspectos de privacidad. “Puede que muchos nuevos proyectos estratégicos a largo plazo se paren y no se reinicien hasta 2017”, augura la consultora.
El mismo problema tendrán que afrontarlo las empresas de la UE, en función del resultado de las negociaciones de la salida de Reino Unido.