De acuerdo con Gartner, hasta 2022 el aumento en el gasto empresarial en las ofertas de TI de sistemas en la nube será mayor que el crecimiento en la inversión en las ofertas de TI tradicionales (las que no están en la nube), lo que hace que el cloud computing sea una de las fuerzas más disruptivas en los mercados de TI desde los primeros días de la era digital.
“Esta orientación aumenta la tasa de adopción y, en consecuencia, el cambio a la nube”, comentó Federico De Silva, Director de Investigación Senior de esta empresa de esta consultora. “La tasa de cambio a la nube varía ligeramente según la dinámica de cada segmento de mercado”.
Para sustentarlo, la última previsión de gasto en TI que registró Gartner, mostró una previsión de gasto en sistemas de centros de datos de $195 mil millones de dólares hasta 2019, cifra que se reduciría a $190 mil millones hacia el 2022. En contraste, el gasto en servicios de infraestructura de sistemas en la nube (IaaS) aumentaría de $39.5 mil millones de dólares en 2019 a $ 63 mil millones en 2021.
“El cambio a la nube no solo es eso; a medida que las organizaciones buscan nuevas arquitecturas de TI y filosofías operativas, establecen una base para nuevas oportunidades en el negocio digital, incluidas soluciones de TI de próxima generación, como Internet de las cosas (IoT)”, dijo Federico De Silva. “Las organizaciones que adoptan modelos operativos dinámicos basados en la nube muestran una optimización de costos y un aumento en su competitividad”.
Por estas razones, Gartner recomendó que los proveedores de tecnología y servicios se atrevan a reconocer y explotar los cambios que generan las inversiones en TI para aprovechar las oportunidades de ingresos a futuro y administrar los ingresos del pasado.
“Los proveedores de todo tipo de TI deben mantenerse vigentes y proactivos en la búsqueda de nuevas oportunidades de crecimiento relacionadas con tecnologías en la nube, al tiempo que ayudan a actualizar a aquellas empresas que sean afectadas por el cambio a la nube”, dijo De Silva. “Los proveedores que no gestionen este cambio de manera audaz y proactiva se convertirán en víctimas y disminuirán su capacidad para competir por nuevas oportunidades”.
El cambio a la nube representa tanto un riesgo, como una oportunidad. A medida que el uso de la nube se vuelva cada vez más común hacia el 2022, dominará porciones cada vez mayores de las decisiones de TI de las empresas (incluida, en particular, la infraestructura de los sistemas).