Un estudio de Juniper Research pone de manifiesto que tendencias como la digitalización de las personas y la transformación de las empresas provocarán un incremento de los costos de los ciberataques. Por el momento, la tecnología tradicional continúa siendo el objetivo principal de los cibercriminales.
La rápida digitalización de la vida de las personas y la transformación digital que están sufriendo las empresas son dos de las causas del incremento de los ciberataques. Así lo asegura Juniper Research en un estudio en el que destacó que en 2019 el costo de las brechas de datos alcanzará los 2,1 billones de dólares, lo que supone cuatro veces más que el costo que se alcanzará este año. “Con más negocios e infraestructuras conectadas, la media del costo de una brecha de datos en 2020 superará los 150 millones de dólares”.
Juniper Research afirmó que la mayoría de las brechas provendrán de las infraestructuras de redes y de tecnología actuales. Y es que, y según la consultora, a pesar de que las amenazas a dispositivos móviles e Internet de las Cosas crecen, el número de dispositivos “infectados” es mínimo en comparación con los equipos e infraestructuras tradicionales.
Además, el informe pone de manifiesto la creciente profesionalización de los delitos informáticos, con la irrupción de productos específicos para el cibercrimen, la venta del malware y la creación de software. Por el contrario, se ha reducido los “hacktivistas” casuales. La consultora cree que en el futuro se producirán menos ataques globales, pero estos tendrán más éxito.
“En la actualidad no estamos viendo que exista mucho malware peligroso para dispositivos móviles o Internet de las Cosas debido a que éste no es rentable”, destacó James Moar, autor del estudio, quien no obstante continúa asegurando que “el tipo de amenazas que veremos en estos dispositivos serán tipo ransomware”. Éste “bloqueará los dispositivos de los usuarios hasta que estos paguen a los hackers”. También se espera que en un futuro los dispositivos móviles atacados “formen parte de una red de botnets consiguiendo que el ataque sea más lucrativo”. James Moar finalizó destacando que “con la ausencia de un pago directo para los ataques a Internet de las Cosas, la motivación de los criminales para desarrollar herramientas se reduce”.