La delincuencia y el espionaje electrónicos podrían estar costándole al mundo entre 70 mil y 400 mil millones de dólares en una economía global valorada en 70 billones de dólares, según la última estimación del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS).
En el contexto de la economía de Estados Unidos, estos daños equivalen a eliminar 500 mil puestos de trabajo, pero en realidad el estudio “El Impacto Económico de la Ciberdelincuencia y el Ciberespionaje”, patrocinado por McAfee, admite que incluso estos números podrían ser peores al estar afectados por una serie de imponderables.
Lo que han tratado de hacer los investigadores en este caso es calcular los efectos negativos, a partir de algo más sustancial que los decepcionantes estudios que con frecuencia utilizan los proveedores de seguridad que describen el cibercrimen, señala el CSIS (Center for Stategic and International Studies (CSIS).
En este caso, se ha tenido en cuenta el contexto. Por ejemplo, los accidentes automovilísticos cuestan 99 mil y 168 mil millones de dólares al año, en función de la estimación oficial que se utilice. Del mismo modo, el tráfico de drogas es una industria global de 600 mil millones.
En contraste con estos grandes números, las pérdidas por delitos cibernéticos parecen menos alarmantes, aunque en el caso de la industria del automóvil, por ejemplo, los accidentes generan más negocio, se compran nuevos vehículos, lo que no ocurre con la ciberdelincuencia. Aunque el gran beneficio económico no intencional de la ciberdelincuencia ha sido impulsar la industria mundial de seguridad informática, cuyo tamaño es un tema aparte.
Las dificultades encontradas por el CSIS para dar con cifras precisas sugieren que la tarea puede ser casi imposible. Los efectos directos son bastante difíciles de identificar, y mucho menos los indirectos. Un segundo punto es que la estadísticas oficiales, basadas en encuestas selectivas realizadas por las administraciones, son muy engañosas.
“Creemos que el informe del CSIS es el primero en utilizar modelos económicos reales, para construir las cifras de las pérdidas atribuibles a la actividad cibernética maliciosa”, dijo Mike Fey, vicepresidente ejecutivo y director de tecnología de McAfee.
“Otras estimaciones han circulado durante años, pero no se había puesto ningún rigor. Los legisladores, líderes empresariales y otros interesados necesitan información sólida para poner en marcha sus acciones”, concluye Fey.
Como indica James Lewis, co-autor y director del CSIS, “según las cifras del Departamento de Comercio y en función de las exportaciones perdidas, se puede estimar en 508 mil los puestos de trabajo potencialmente perdidos por espionaje cibernético”.
“Al igual que con otras estimaciones del informe, sin embargo, los simples números están contando sólo una parte de la historia. Si una buena parte de estos puestos de trabajo son empleos de fabricación de productos de alta gama, y teniendo en cuenta los derechos de propiedad intelectual, los efectos podrían ser aún mayores”, concluye.
Lo que está claro es que el costo de la ciberdelincuencia no existía hace 15 años, y su rápido crecimiento debe tener algún efecto. Un informe de 2012 de Group-IB, con sede en Moscú, estimaba que la ciberdelincuencia había crecido durante 2011 hasta suponer una industria de 12 mil 500 millones de dólares. Y los países ruso parlantes representan alrededor de un tercio del total.
– John E. Dunn, Techworld.com