El ser humano es la principal plataforma móvil. Así lo señaló la doctora Geneveve Bell, antropóloga y miembro de Intel, durante el Intel Developer Forum. “No existe un futuro móvil, sino 7 mil millones de futuros”, afirmó, y describió cómo la tecnología móvil se ha utilizado para ampliar nuestros alcances físicos y sicológicos para superar deficiencias y aumentar nuestra capacidad de realizar las cosas.
“La tecnología móvil ha transformado la sociedad humana durante siglos. Su futuro será influenciado no sólo por la reducción del tamaño de la tecnología de cómputo debido a la Ley de Moore, sino también por el crecimiento de la población mundial”, afirmó Bell. “Nuestra inspiración no nace apenas de la invención de nuevos ingredientes tecnológicos, sino también de las necesidades y deseos de las personas. No es un futuro al que le estamos dando forma –son 7 mil millones de futuros, y seguimos contando”.
De acuerdo con las conclusiones extraídas de 250 mil entrevistas realizadas en 45 países, Bell dijo que la gente espera cuatro cosas de la movilidad del futuro: una tecnología que sea verdaderamente personal, que los alivie de algunos de los problemas, que les ayude a estar presentes en el momento, y que los ayude a ser mejores consigo mismo.
Mencionó como ejemplo la “ropa inteligente” que desarrolla el Instituto Fraunhofer de Berlín y con la que se busca que la tecnología se integre por completo en los objetos y espacios donde interactúa la gente. Así, un ciclista puede utilizar una chamarra con un tablero de circuitos elástico tejido que podría destellar luces rojas cuando el ciclista está frenando.
Bell indicó que estas aspiraciones humanas exigen que Intel y la comunidad de desarrolladores piensen más allá de los dispositivos móviles de hoy, como los teléfonos inteligentes y las tablets, y que consideren una imagen más amplia que incluya infraestructura, datos personales, lugares y personas. En el futuro, la mejor tecnología estará al tanto de todo el contexto de cada individuo, ya que prevé experiencias personalizadas. Esto a su vez dará forma al desarrollo de la tecnología de componentes básicos, ya sean de su silicio, sistemas operativos, middleware, aplicaciones o servicios.
“Esta visión global requiere una constante interacción entre lo que la tecnología hace posible y lo que los individuos desean”, señaló Bell.
Asimismo, dijo que la movilidad del futuro requerirá un menor consumo de energía. En este sentido, la propia doctora Bell y Mike Bell, vicepresidente de New Devices Group de Intel, demostraron un microprocesador experimental alimentado por una batería hecha de una copa de vino. El dispositivo fue capaz de encenderse, de percibir su entorno y de enviar imágenes a una pantalla eInk.
“El bajo consumo es esencial para el futuro de los dispositivos y sensores portátiles en espacios inteligentes, donde la carga frecuente o los cables de carga serían incómodos o imposibles”, dijo Mike Bell. “Sólo entonces la tecnología puede ser verdaderamente personal y embebida en los lugares y espacios que habitamos y a través de los cuales nos movemos”.
Destacó que otro aspecto esencial es que el middleware ayude a los dispositivos a entender el contexto en los cuales los usuarios están operando, de modo que los desarrolladores creen aplicaciones y servicios para ofrecer experiencias móviles realmente personalizadas.