Ante un panorama complejo en donde las tecnologías disruptivas están tomando mayor relevancia en las distintas industrias de México y el mundo, se hace necesario abrir el diálogo y retar el estatus quo a fin de reconocer y enfrentar los desafíos que como humanidad hemos diseñado. Si bien, las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial han replanteado muchos paradigmas, es importante mirar desde otra perspectiva su uso y regulación para así desmitificar o en su defecto desglorificar su aplicabilidad.
Durante el conversatorio “Los retos de las tecnologías que transformarán la educación”, del Instituto para el Futuro de la Educación (IFE), del Tecnológico de Monterrey, una entidad pionera en la transformación de la educación superior y el aprendizaje a lo largo de la vida, se destacó la importancia de repensar los métodos tradicionales de enseñanza y la necesidad de adaptarse a las demandas de un mundo en constante cambio. “La educación ya no es solo un proceso que termina al finalizar la universidad. Hoy, la formación continua es crucial para desarrollar competencias y reinventarnos a lo largo de nuestras vidas”, comentó José Escamilla, director asociado del Instituto.
El también experto en inteligencia artificial y el futuro de la educación en México y el mundo, habló sobre las tendencias en la adopción de las tecnologías emergentes en el sector educativo y la revolución de la IA en el aprendizaje. Recalcó la importancia de ver a estas tecnologías con una mirada más holística y enfocarnos en los “qués” y “paraqués” y no solo pensar en los “cómos”, pues hace falta implementar estrategias para delinear qué tipo de información se va a procesar con estas tecnologías.
José Escamilla expuso que el Instituto ha identificado siete retos en la educación superior que son clave para mejorar la calidad y la eficiencia educativa a nivel global en términos del uso de nuevas tecnologías:
- Incrementar el acceso y la flexibilidad en su uso.
- Desarrollo de habilidades que respondan a las necesidades del futuro.
- Escalabilidad y calidad en la educación.
- Mejora de los resultados de aprendizaje.
- Fomento de la participación activa de los estudiantes.
- Reducción de costos, sin comprometer la calidad educativa.
- Fortalecer la equidad, inclusión, ética y privacidad al emplearlas.
Para abordar estos retos, el Instituto ha lanzado una serie de iniciativas que incluyen la colaboración abierta con gobiernos, universidades, organismos multilaterales y empresas del sector tecnológico. En este sentido, se han impulsado proyectos de impacto y consultoría que abarcan América Latina, África y Europa, ayudando a transformar sistemas educativos y formar a emprendedores, estudiantes y profesionales de la industria.