Un informe de Deloitte señala que, si bien reconoce que el liderazgo audaz y valiente en el líder empresarial es una cualidad muy importante, también calcula que el 90% de los mayores ejecutivos no lo demuestra regularmente.
La firma de análisis identifica seis características que demuestran este liderazgo audaz: se trata de alguien que se fija metas ambiciosas; invita a la participación de todos sus colegas sin tener en cuenta la antigüedad; innova y busca nuevas formas de hacer las cosas; propone ideas que pudieran parecer controvertidas, corre riesgos y construye equipos fuertes y con poder para tener éxito.
Respecto a lo anterior, con todo ello y en el actual ciclo económico, entre el 50 y el 60% de los consultados duda de que haya suficientes líderes audaces en los puestos más altos de su compañía.
Este liderazgo audaz es un imperativo para las empresas de todos los sectores, tanto para realizar con éxito la transformación digital como para promover la innovación, según Josh Bersin, director y fundador de Deloitte. Las empresas de hoy en día necesitan un liderazgo que combine innovación, creatividad y conciencia empresarial, y un enfoque más práctico en relación a la operativa comercial, el beneficio y el crecimiento.
“Cada negocio está afectado por la transformación digital, y cada nueva innovación requiere cierta cantidad de reinvención. En cuanto a la tecnología, muchas empresas empiezan siendo muy innovadoras, pero se ven bloqueadas por cuestiones operativas, como ventas o marketing. En otras industrias, muchos directivos se sienten frustrados por la incapacidad de innovar, Es muy raro encontrar un liderazgo que pueda hacer ambas cosas”, concluye Bersin.
“Incluso si las organizaciones logran encontrar un liderazgo audaz, el hecho de que las prioridades del negocio y las iniciativas estratégicas cambien tan rápidamente, dificulta la consecución de resultados o beneficios de este liderazgo”, insiste el experto.
Estos analistas consideran que hay ciertos momentos en que todos los negocios están influidos por la visión o la inspiración y luego tienen que adaptarse a su ejecución y entrega, por lo que algunas de esas cualidades se priorizan más que otras. Por lo que no es que el líder sea malo, sino que “están en el lugar o momento equivocado”, concluye Bersin.
Redacción