Las tecnologías disruptivas están transformando los escenarios de negocio, pero no todas las empresas lo están haciendo bien. Aunque muchas han migrado sistemas de analógicos a digitales, los procesos no han seguido la misma senda. Estos días un estudio de IDC dice que establecer un modelo de TI bimodal no es el camino.
La transformación digital (DX) tiene que ver con innovaciones organizativas, operativas y de modelo de negocio, que además descubren nuevas formas de operar y nuevas fuentes de ingresos. Si bien no hay un enfoque único para todas las organizaciones, sí existen un conjunto de condiciones que deben cumplirse para que las empresas puedan afrontarla y seguir siendo viables.
En la Economía DX (DXE), el CIO tiene que ser capaz de proteger la viabilidad de la empresa aunque explore el potencial de la tecnología como agente del cambio, pero pocas escuelas de pensamiento defiende hoy que el camino correcto para ello sea la tecnología bimodal o la IT a dos velocidades.
Esta estrategia se basa en la creación de dos entornos tecnológicos totalmente distintos, uno que aloja los sistemas y datos más críticos (y se centra en la entrega de servicios clásicos de TI, mantenimiento y eficiencia), y otro más experimental centrado en innovación. Este enfoque promete ingenuamente una vía de bajo riesgo para probar nuevas ideas y procesos de negocio, mientras se mantienen las luces encendidas.
Este planteamiento erosiona las ventajas y beneficios de una verdadera transformación e impide alcanzar el mejor desempeño de las organizaciones. Se renuncia a la agilidad, en favor de la seguridad, la coherencia y la estabilidad.
Pero la verdadera innovación, exige un cambio radical en el modelo de liderazgo; cada CIO debe tomar medidas que aseguren que la organización de TI es el socio perfecto de la transformación digital de la empresa. Para ello, debe establecer el ritmo adecuado de cambio, sin poner límites a lo que puede ser transformado, cómo hacerlo o quién debe estar involucrado.
El planteamiento bimodal tiene en cuenta la necesidad de entablar una colaboración más estrecha entre innovación IT y la operativa, pero carece de un componente crítico para el éxito: la capacidad de integrar de forma continua el cambio y la transformación del negocio, sin interrumpir el rendimiento del negocio.
La clave aquí es ayudar y educar a la empresa en su viaje hacia a transformación digital, asociar negocio e innovación digital, introducir nuevas tecnologías en los servicios comerciales, evolucionar las plataformas tecnológicas existentes, integrando nuevas habilidades, técnicas y cultura de transformación.
-IDG.es