México y su sector de telecomunicaciones ha padecido históricamente de un déficit de infraestructura, resultante de subejercicios de inversiones en la pasada década, pero sobre todo en el más reciente lustro.
¿Por qué es importante invertir suficiente y constantemente en telecomunicaciones? En primer lugar, puesto que este sector de infraestructura es claramente intensivo en el uso de capital de nueva generación, para lograr acceso y cobertura universal de sus servicios. Segundo, para optimizar y actualizar las redes disponibles. Pensar que haber destinado inversiones hace 10 años es suficiente, implicaría una miopía de la evolución tecnológica. Una década atrás, se enfocaban esfuerzos de inversión para migrar a la tercera generación (3G) de servicios móviles, posteriormente 4G y hoy en la víspera de la quinta generación (5G). Por ello, este sector intensivo en capital requiere de un ritmo de ejercicio de recursos alineado a la dinámica de la actualización tecnológica.
En la experiencia internacional e histórica, los operadores invierten en proporción a la dimensión de su operación. Por ejemplo, es de esperar que un operador con una ponderación de 30% de los ingresos totales, invierta una proporción similar o superior para conservar su huella en el mercado.
Llama la atención que en México, el operador principal/incumbente/preponderante en telecomunicaciones (América Móvil, Telmex-Telnor/Telcel) ha escatimado en el agregado de años pasados su aplicación de recursos a la capitalización. Uno de sus efectos incluso ha sido mencionado recientemente por el presidente López Obrador en términos de la insuficiente cobertura de servicios en la geografía nacional.
Asimismo, si bien el mundo ya se encuentra en una etapa tecnológica de cuarta generación (4G) y transita velozmente a la siguiente (5G), en nuestro país la contención de inversión en infraestructura, principalmente por parte del preponderante, nos ha condenado a la permanencia de zonas en las que exclusivamente se proveen servicios 2G. De hecho, son los competidores móviles los que encabezan los esfuerzos para realizar el apagón de estas señales.
Es así que el operador preponderante que ingresa 2 de cada 3 pesos generados en el mercado, tan sólo invierte 1 de cada 3 pesos para el desarrollo de la infraestructura de las telecomunicaciones mexicanas.
Con información de 2017 (la más reciente publicada por el regulador de telecomunicaciones), Grupo Televisa ostenta 32.6% de las inversiones totales ejercidas en el sector de telecomunicaciones, seguido por América Móvil con 32.2%, AT&T 15.8%, Megacable 7.4%, Telefónica 6.0% y el conjunto de otros operadores menores 6.0%.
Al comparar el monto de inversión de los operadores como proporción de sus ingresos, nuevamente se identifica una subinversión por parte del operador preponderante.
Durante el lustro 2013-2017, el coeficiente Inversiones/Ingresos muestra que América Móvil invirtió en promedio sólo 11.2% de sus competidores, mientras que Grupo Televisa lideró con un promedio de 38%, casi cuatro veces más que aquel. Por su parte, el resto de los operadores muestran los siguientes coeficientes: Megacable 23.3%, AT&T 24.0% (y en su momento, sus predecesores Iusacell y Nextel) y Telefónica 11.2%.
Este escenario de inversiones de los principales operadores ilustra que están siendo los competidores del preponderante quienes más invierten.
Es por ello que la mejor estrategia para promover las inversiones que compensen el déficit de infraestructura, es la promoción de la competencia efectiva.
Es el conjunto de los competidores los que siguen un modelo de generación y atracción de mercado basado en la intensificación de inversiones, adición y actualización del capital.
-Ernesto Piedras, The Competitive Intelligence Unit