La irrupción masiva de tecnología en nuestros espacios de trabajo no sólo ha cambiado nuestra forma de colaborar, también ha traído innumerables ventajas que hoy nos permiten optimizar nuestra productividad y alcanzar metas más ambiciosas. La pandemia ha ayudado a acelerar esta transformación, llevándonos a adoptar herramientas más complejas para adaptarnos a un mundo de constantes cambios.
Así pues, hoy resulta indiscutible que el futuro de la experiencia laboral está en lo digital, pues como queda demostrado por los flujos de trabajo automatizados y la toma de decisiones basada en data, la cultura de las empresas hoy apunta a ser mucho más tecnológica que nunca, poniendo al CIO (Chief Information Officer) en el centro de todo el crecimiento empresarial.
Este “nuevo rol” del CIO en las corporaciones empezará a cobrar mayor relevancia toda vez que el modelo híbrido de trabajo se haya asentado a escala global: qué implicaciones traerá este modelo en nuestra forma de colaborar y cómo utilizaremos la tecnología para afrontar un mundo post-COVID, aún desconocido, comienzan a ser cuestiones determinantes para el desarrollo individual y colectivo.
El CIO como una habilitador de la adaptación humano-digital
Pero tal y como ha sucedido en el pasado, la sola implementación de tecnología no basta para brindar una experiencia óptima en el trabajo, ni mucho menos para garantizar el crecimiento de la organización: es necesaria una capacitación que permita a los usuarios finales descubrir todas las posibilidades de sus herramientas.
Es por ello que los CIO deben empezar a verse mucho más involucrados en el desarrollo de nuevas culturas empresariales basadas en la tecnología, así como en el crecimiento de los empleados, pues quién mejor que ellos para entender las necesidades, preocupaciones y desafíos de una forma de trabajar cada vez más digitalizada.
De acuerdo con la plataforma de gestión Hive, el 73% de las empresas creen que la fiabilidad, la facilidad de uso y la integración con otras herramientas son los tres principales requisitos a tener en cuenta para invertir en nuevo software, por lo que el papel del CIO se tornará a ser un habilitador para la adaptación humano-digital, e impactará de una u otra forma en el desarrollo de los colaboradores, y de la organización en general.
Por ello, hoy no puede pensarse en desarrollo si se deja de lado la tecnología, sobre todo cuando hablamos de los negocios que comienzan su camino al éxito: según cifras del INEGI, apenas el 10% de las compañías en crecimiento cuentan con alguna herramienta para eficientar sus procesos, confirmando así la relevancia de los Chief Information Officer en el desarrollo humano y cultural de los próximos años.
Creemos que no hay otro camino que la tecnología para optimizar el crecimiento de las empresas, pues la implementación de las herramientas de gestión adecuadas puede aumentar sus utilidades en un 30%, así como su productividad y la satisfacción de los colaboradores, al saberse con mayores capacidades para generar un impacto positivo en su trabajo y su entorno.
En concreto, a medida que nuestras rutinas y flujos de trabajo vayan siendo más digitales, será necesario contar con una mayor capacitación tecnológica que nos permita afrontar próximos desafíos, trabajar de forma más inteligente y alcanzar objetivos personales y profesionales más grandes, siendo los CIO una parte fundamental para el desarrollo colectivo.
Enrique Padilla, VP de Tecnología en Konfío.