Todos los indicios apuntan a que la firma de la manzana está construyendo vehículos de la misma manera –y por la misma razón– por la que inventó los iPhones.
Expertos de la industria afirman que el proyecto relacionado con el vehículo autónomo de Apple está estacionado en un cajón, aplazado o convertido en una aplicación de software para coches, en un negocio (el automovilísitico) en el que se estima que la firma tendría la batalla perdida. Pese a todo, Mickey Drexler, quien fuera CEO de Apple de 1999 a 2015, afirmaba que “Jobs había soñado con reinventar la industria del automóvil”.
La idea de un auto de Apple fue considerada una fantasía, hasta que un equipo formado por más de 1,000 participantes entre ingenieros e investigadores de la compañía se puso a trabajar en un desarrollo secreto al que llamaron Proyecto Titán.
Desde entonces, se cree que Apple dispone de un laboratorio de pruebas secreto en Silicon Valley, cerca de su sede central, que opera bajo el nombre falso de SixtyEight Research. Tiempo más tarde, se supo que cientos de empleados que estaban trabajando en el Proyecto Titán habían sido apartados del mismo.
Para el concepto del vehículo, Apple está trabajando con Magna Steyr, un desarrollador de vehículos autónomos, en un proyecto en el que han interferido numerosos obstáculos relacionados con la tecnología y la financiación. Ciertas voces apuntan en este sentido a que el proyecto ha sido cancelado, mientras que otros señalan que Apple está avanzando en la industria automovilística, pero que se encuentra a años luz de alcanzar uno de los primeros puestos del mercado.
No obstante, algunos expertos afirman que Titán se ha convertido en un sistema operativo para autos.
Motivaciones de Apple en este mercado
Apple tiene mucho dinero para invertir. En lugar de seguir creciendo y amasando fortuna, la firma necesita lanzarse a la conquista de nuevos mercados. El sector de los wearables y de los gadgets para la industria automotriz nunca tendrán la magnitud del mercado de los smartphones.
La siguiente industria a la que Apple se lance a conquistar ha de ser mucho más grande incluso que el mercado del smartphone de hoy, en el que 2016 supuso una industria cuyo valor global alcanzó los 430,000 millones de dólares.
Katy Huberty, analista de Morgan Stanley, predice que la industria de los vehículos autónomos alcanzará un valor global cercano a los 2,600 mil millones de dólares en 2030. Este dato coincide con el contexto histórico de la compañía: hasta 2030 faltan 13 años. Trece años atrás fue cuando Apple empezó a trabajar en el desarrollo del iPhone.