En cualquier relación, la confianza es crucial, pero hoy en día es vital reconocer que las relaciones personales, laborales y todas las formas de comunicarnos requieren que seamos más cuidadosos con lo que compartimos. Convivir en redes sociales y en otros esquemas digitales no debe ser sinónimo de compartir indiscriminadamente información personal.
Este principio se fortalece aún más al considerar la amenaza persistente del phishing, un artificio cibernético que se vale de la ingenuidad y la falta de cautela para llevarnos a divulgar información financiera sensible. Resguardar la seguridad de nuestros datos, es, por ende, un acto de responsabilidad para preservar nuestra integridad y confiabilidad de nuestros datos personales.
De acuerdo con datos de Kaspersky, de septiembre de 2022 a agosto de 2023, se registraron alrededor de 286 millones de bloqueos por intento de phishing, representando un aumento del 617% lo que equivale en promedio a 544 ataques por minuto.[1] Este incremento sin duda se debe a que hay una mayor adopción digital en la población, pero también se deriva de la falta de protección de los datos.
Los datos personales son intransferibles, únicos, cuidarlos es nuestra mayor protección ante un posible acto delictivo. Sin embargo, aunque no es lo correcto, es común que entre parejas y familias se compartan usuarios y contraseñas de cuentas y tarjetas, una práctica que debilita la protección y abre la puerta a la delincuencia. También es frecuente el uso de aplicaciones donde se dejan datos personales sin leer las advertencias de privacidad.
Avast, empresa de seguridad digital y privacidad, señala que en 2022 el 59% de los encuestados afirmaron conocer las contraseñas de otra persona en internet y el 64% reconoció que conoce las contraseñas de sus parejas actuales. Al mismo tiempo, 30% del total de los encuestados dijo que ha sido víctima de alguien que ha accedido a una cuenta y ha cambiado su(s) contraseña(s) sin su conocimiento o consentimiento.[2]
Por ello, frente a este y mil escenarios similares, en donde los criminales pueden estafarte, es necesario estar alerta a ciertas señales para detectar cualquier movimiento sospechoso y actuar inmediatamente.
Cuatro recomendaciones prácticas
Hay cuatro prácticas imprescindibles para mantener nuestra información personal protegida:
- No compartas con ninguna persona (tu pareja, amigos o familiares) contraseñas, usuarios y cualquier otra información de acceso a tus cuentas.
- Si recibes correos o SMS con promociones maravillosas o extraordinarias, que además provienen de un remitente desconocido, nunca los abras ni accedas a links porque te pueden atacar con virus maliciosos (malware).
- Cambia periódicamente tus claves.
- Implementa medidas de seguridad adicionales, como la autenticación de dos factores y uso de contraseñas sólidas.
La prevención del fraude y la protección de la privacidad en la web es nuestra responsabilidad como cibernautas. Mantente atento, no bajes la guardia y fomenta una cultura de seguridad digital tanto en tus relaciones personales como con los que te rodean.
Prevenir ciberdelitos comienza con la conciencia y la educación. Siguiendo esas recomendaciones, puedes hacer grandes cambios a favor de tu propia protección. Recuerda, tú eres el primer filtro de seguridad de tú información.
[1] https://latam.kaspersky.com/about/press-releases/2023_nueva-epidemia-el-phishing-se-sextuplico-en-america-latina-con-el-reinicio-de-la-actividad-economica-y-el-apoyo-de-la-ia
[2] https://press.avast.com/es-ww/mas-de-la-mitad-de-los-mexicanos-59-conoce-la-contrasena-de-otra-persona-en-internet-y-1-de-cada-5-conoce-la-de-su-ex-pareja
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El autor de este artículo, José Manuel Barbosa, es Director General Adjunto de Operaciones Scotiabank.
