La sonada guerra abierta entre la Administración Biden y la principal potencia asiática parece haber llegado a una tregua con el último anuncio de los legisladores estadounidenses en mitad de un retroceso corporativo.
La sonada guerra abierta entre la Administración Biden y China suma ya numerosos capítulos a su historia por la soberanía de los semiconductores. El último, contra todo pronóstico, parece conceder una tregua entre ambas potencias; y es que los senadores norteamericanos han retirado la propuesta que impuso nuevas restricciones al uso de chips fabricados en China por parte del gobierno estadounidense y sus contratistas. Así lo confirma Reuters que, además, apuntaba a una oposición férrea de grupos comerciales como la Cámara de Comercio de Estados Unidos al requerimiento inicial. Una medida que sirve para ejemplificar los esfuerzos de la industria por debilitar las propuestas destinadas a limitar el floreciente sector tecnológico chino alegando un posible aumento de costos.
La versión final de la propuesta impulsada el pasado mes de septiembre que ponía coto al uso de ciertos semiconductores de origen chino -aquellos fabricados por la SMIC, así como chips de memoria YMTC y CXMT- ya no prohíbe a los contratistas “usar” los chips específicos y retrasa el plazo de cumplimiento a cinco años desde los plazos de aplicación inmediata o de dos años incluidos en la primera versión. “Esto no prohíbe claramente que los propios contratistas utilicen los productos semiconductores contemplados”, dijo Robyn Burrows, abogada de Blank Rome especializada en contratación federal, cuando se le pidió que leyera extractos de un borrador reciente de la medida obtenido por Reuters y publicado posteriormente como parte de un paquete legislativo final.
Desavenencias
Los chips fabricados por SMIC son encargados por empresas de todo el mundo y pueden encontrarse en productos tan diversos como teléfonos móviles y automóviles. Son difíciles de identificar porque los chips no suelen llevar etiquetas con los nombres de las empresas que los fabrican. Por ello, la medida, añadida como enmienda a la Ley de Autorización de la Defensa Nacional (NDAA), suscitó las críticas de la Cámara de Comercio y otros grupos comerciales, que afirmaron, misiva mediante, que sería costoso y difícil para las empresas determinar si SMIC fabricaba los chips contenidos en una amplia gama de productos electrónicos.
El citado grupo empresarial también argumentaba en la carta, firmada por otros lobbies de la industria de las telecomunicaciones y la defensa, que erradicar esos chips de electrodomésticos comunes como las tostadoras u obligar a contratistas federales como los proveedores de papel a asumir una tarea tan monumental no favorecería la seguridad nacional de Estados Unidos. En la actualidad, las empresas siguen teniendo dificultades para cumplir la ley, ya que los reguladores aún no han ultimado las normas que desarrollan las restricciones, un problema al que hace referencia la ya citada misiva.
-IDG.es