En opinión de este responsable, si tuviera que poner una puntuación a Estados Unidos en materia de protección frente a ciberataques, sería de un 3 sobre 10, y ha mostrado su preocupación sobre los sistemas que pueden utilizar los ciberdelincuentes y el daño que pueden llegar a causar. Según Alexander, “el mundo depende en gran medida de los equipos y los sistemas online, por lo que un ataque coordinado puede tener consecuencias devastadoras, pudiendo destruir partes de nuestra infraestructura, como routers, servidores, y otros dispositivos que tendrían que remplazarse y, según el daño, la sustitución podría tardar semanas o meses”.
Y es que, ante el crecimiento de la cantidad de información privada que se maneja a nivel mundial y que puede robarse de servidores, tal y como ha quedado constatado con acciones llevadas a cabo por grupos como Anonymous, protegerse de los ciberataques es una cuestión cada vez más fundamental para todos los países. A pesar lo pesimista de los peligros de los que alerta este responsable de la NSA, la nota positiva es que Alexander cree que la ciberseguridad mejorará en los próximos años y los países estarán mejor protegidos de estas amenazas.