China vive confinada a partir de que sus autoridades fortalecieron –aún más– la estrategia sanitaria para contrarrestar el aumento de contagios registrado en su territorio durante las últimas semanas.
Conocida como política “Cero Covid”, ésta se basa en una serie de disposiciones que establecen el encierro forzoso de gran parte de la población, además de otras medidas restrictivas.
Aunque de entrada se reconoce el enorme esfuerzo de esa nación por contener el avance del virus, el otro lado de la moneda refleja cómo la mayor parte de la actividad económica de China también está en cuarentena. Y esas, por supuesto, no son buenas noticias para nadie, mucho menos para las cadenas de suministro y el desarrollo de otros sectores productivos en el mundo.
Amenaza para las cadenas
Apenas hace unas semanas se dio a conocer que, durante el primer trimestre de este año, China alcanzó un crecimiento de 4.8% en comparación con el mismo periodo del año anterior; sin embargo, los efectos del Covid y la guerra en Ucrania también han diezmado sus números, ya que expertos analistas habían pronosticado que durante enero, febrero y marzo, el incremento rondaría el 4.3%.
Pero lo más alarmante de esta situación es el freno en el que se encuentran las supply chains en prácticamente todo el mundo. En Shanghái, por ejemplo, que cuenta con uno de los puertos más grandes e importantes a nivel internacional, los bloqueos sanitarios del gobierno chino han dificultado la operación de este punto y el desarrollo comercial de empresas tan importantes como Apple y Tesla. Y eso es sólo “la punta del iceberg”.
Según previsiones, el crecimiento de las exportaciones de China podría llegar a contraerse a su ritmo más débil desde junio de 2020.
Por si esto no fuera poco, los efectos de la inflación en los precios de alimentos están haciendo mella en los habitantes de esa zona, confinados también en sus hogares e imposibilitados a regresar a la actividad productiva (lo que supone atrasos en varios eslabones); ese es el panorama que se vive en ese territorio asiático.
¿Y esto cómo afectará al desarrollo de Latinoamérica?
Impacto en todo el mundo
De acuerdo con el Banco Mundial (BM), la inflación en todo el planeta continuará al alza hasta 2024; de hecho, el mismo organismo dio a conocer que alrededor de la mitad de las economías más prósperas a nivel internacional presentan índices inflacionarios mayores a 5%. Todo derivado, como ya lo hemos comentado, del conflicto armado en Ucrania y las restricciones sanitarias en China.
En Latinoamérica la situación es también preocupante. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), cerca del 40% de los países en esta región implementaron nuevas medidas para paliar los efectos de la inflación, a través de carga fiscal y planes de cooperación en conjunto con la iniciativa privada (IP). Para este mismo organismo, el encarecimiento de precios y la disminución de la capacidad de adquirirlos podría llegar a 10% este año.
Entonces, ¿qué pueden hacer las empresas para afrontar los efectos de la pandemia?
Participación de las compañías
Cada vez más organizaciones perciben la necesidad de considerar el factor inflación en sus operaciones, al mismo tiempo que preparan a sus supply chains frente a lo impredecible, haciéndolas más resistentes, ágiles y adaptables. Por ello, las empresas buscan nuevas tecnologías y procesos para desarrollar la resiliencia y la versatilidad necesarias para adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado.
Como resultado, muchas compañías analizan nuevas posibilidades en el diseño de sus supply chains mediante herramientas que usan datos sólidos y gemelos digitales que identifican riesgos y posibilitan prepararse para futuras interrupciones. Todo en un ambiente seguro y virtual antes de llevarlo a la práctica.
Estas tecnologías de vanguardia representan una importante ventaja competitiva para las organizaciones, ya que pueden identificar brechas en la fase de conformación de sus cadenas y garantizar su funcionamiento.
Asimismo, las plataformas basadas en la nube pueden respaldar y mejorar el financiamiento de las supply chains, asegurando que las compañías realicen pagos oportunos a sus proveedores, no sólo para conservar su lealtad, sino para asegurar posibles líneas de crédito.
Finalmente, la Inteligencia Artificial (IA) ofrece nuevas oportunidades y permite a las empresas prepararse para una amplia gama de escenarios, en lugar de limitarse a una sola posibilidad. Con ella, las organizaciones pueden pasar de antiguos modelos de diseño y operación, a otros que priorizan la detección de posibilidades de riesgo y sus soluciones.
Ante este enorme reto, la visión de las empresas desarrolladoras de tecnología para este rubro se enfoca a ofrecer soluciones que faciliten la digitalización y modernización de las cadenas de suministro en todo el mundo; mientras que, para el caso de Latinoamérica y sus organizaciones, la propuesta consiste en ayudarlas a reducir –en la medida de lo posible– el impacto inflacionario en sus supply chains.
Al tiempo.
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Rafael Vásquez | Regional Vicepresidente de Servicios de Valor en Coupa.