Los cinco grandes obstáculos contra el gobierno abierto quedaron identificados en la colaboración anterior. En esta entrega me permito aportar soluciones para tratar de resolverlos. ¿Es posible implementar un estado abierto? La respuesta depende de cada país, de cada estado, de cada municipio, por eso la Alianza para Gobierno Abierto no es un compromiso formal ni obligatorio de avanzar: depende de las condiciones y características de cada país. Algunas ideas que aporten soluciones a las estrategias identificadas son las siguientes.
El primer obstáculo detectado y comentado en el artículo anterior fue la cultura burocrática formada con la idea de que los datos son su patrimonio. Hay varias maneras de cambiar esto. Una de ellas es crear un servicio civil de carrera enfocado en el gobierno abierto y la transparencia, cuyas plazas estén vinculadas a certificaciones y logros concretos a la apertura de datos. Estas certificaciones son capacitaciones especializadas sobre temas de gobierno abierto: datos abiertos, portales de transparencia, sistemas de datos, solicitudes de acceso a la información, etc. El desplazar el patrimonio personal de los datos hacia un patrimonio institucional y del público sería la meta.
Un segundo obstáculo identificado fue promover la complejidad de los procesos para abrir los datos. La manera de combatirlo es a través de un “Gobierno abierto por decisión”. Esta práctica sería la voluntad política de los funcionarios por abrir los datos de la manera más simple posible, sin obstáculos. Transformar el miedo a compartir datos por la confianza en construir datos. Se hizo en la pandemia COVID-19, muchos portales gubernamentales abrieron sus datos por la emergencia para la toma de decisiones.
El “Gobierno abierto por elección” significa una máxima simplificación de trámites, portales web validados y certificados que cumplan el objetivo de facilitar el acceso a la información.
El tercer obstáculo fue el discurso reciclado sobre transparencia y gobierno abierto para distraer la atención de los ciudadanos. La alternativa para evitar el monopolio de la narrativa gubernamental es doble. Por un lado, que las ONGs, universidades y medios de comunicación promuevan contenidos e ideas actualizadas sobre estos temas, evitando el círculo vicioso de repetir las mismas teorías, conceptos y autores buscando conceptos más recientes que impulsen discusiones clave sobre la apertura gubernamental.
La segunda alternativa es construir una narrativa propia para cada país, nacionalizar el gobierno abierto y apropiárselo. Interpretarlo con esquemas propios, sin reciclajes. No es tarea fácil, requiere un esfuerzo adicional, pero es posible adaptarlo a la realidad local.
El cuarto obstáculo es complejo porque contiene dos elementos que no se cambian fácilmente: la inercia gubernamental y un estado de derecho débil. Decir que se puede alterar la inercia de la administración pública y el estado de derecho es absurdo, pero sí es posible fragmentarla en pequeñas inercias como: acceso a los datos, protección de datos, diferencia entre datos personales y gubernamentales, tendencias de datos, etc.
La viabilidad de esta alternativa dependerá de los ciudadanos, quienes construyan sus datos gubernamentales con acciones personales o colectivas y los comparten, exhibiendo carencias e ineficiencias gubernamentales. Romper la inercia, significa alterar el camino tradicional por uno nuevo, en este caso, crear un camino de los datos distinto al tradicional, es un reto mayor, pero abre la posibilidad de cambiar el gobierno abierto.
El quinto obstáculo es el rediseño de los silos de datos. En este sentido es preciso evaluar si los nuevos rediseños funcionan reduciendo los costos económicos y de tiempos, logrando una mayor eficiencia frente los silos tradicionales. Si esto es útil, vale la pena dejarlo y apostar por ello. Si no es útil, entonces habrá que transformarse o morir. Esperar a que los ciudadanos lo transformen o cuestionen con sus propios datos.
Estas propuestas a las cinco problemáticas identificadas necesitan probarse y adecuarse a cada contexto, pero al menos merecen ser discutidas y aprobadas para cada esfuerzo de gobierno abierto. Lo importante será impulsar acciones y no detenerse u obstaculizar este cambio que es irreversible.
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El autor de la columna “Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Twitter @horus72.