La democracia en los Estados Unidos –alguna vez considerada modelo global de representatividad y estabilidad– se encuentra hoy en un momento crítico de transformación.
Con la incursión de las tecnologías de la información y el surgimiento de nuevas formas de comunicación, la tradicional relación de poder entre los ciudadanos y las instituciones está mutando rápidamente. Este cambio plantea preguntas profundas sobre la legitimidad, la representación política y el discurso que moldea las ideologías de una sociedad cada vez más polarizada. Aquí, exploramos cómo las elecciones de Estados Unidos pueden marcar el comienzo de una era de profundas reformulaciones en el concepto de democracia.
La democracia, que es una forma de organizar el poder, está en riesgo por la intromisión de la tecnología de información. Vivimos una democracia en el siglo pasado centrada en una comunicación unilateral. Los medios como la televisión, la radio y la prensa fueron intermediarios entre los ciudadanos y el poder.
Hoy en día la relación de poder se ha alterado y existen miles de medios de comunicación a través de internet y las redes sociales; los ciudadanos nos hemos disuelto en una avalancha de grupos, características, perfiles, discursos, ideologías y demandas. Queremos que atiendan a perros y gatos; tercera edad; jóvenes sin casa; jovenes sin trabajo; comunidad LGBTT, etc.
Organicemos la reflexión para responder la pregunta: ¿Cómo la elección de EU cambiará la democracia? Le propongo cuatro guías que nos orienten: legitimidad; representación política; el discurso y la ideología.
Hablando de legitimidad, gane quien gane la presidencia de Estados Unidos no obtendrá la legitimidad inmediata que antes gozaba el triunfador de una contienda. El proceso electoral, las urnas, boletas y órganos electorales están en desprestigio desde la elección pasada. ¿Cuántos estadounidenses creen en su proceso electoral? No lo hacen como antes porque sus encuestas en WhatApp, Facebook o Instagram les dicen otra cosa: sus cámaras de eco resuenan que “su verdad” es la única válida.
La representación política también se está redefiniendo: ¿Kamala y Trump representan a alguna comunidad LGBTTI? ¿O representan a sus intereses? ¿Elon Musk representa a empresarios con su Dark MAGA o representa a un fascista en ciernes? ¿Qué tipo de ciudadano representan los republicanos o demócratas hoy día, cuando hay tantos tipos de ciudadanos?
En el discurso político de los candidatos hay una lucha entre la verdad contra la posverdad (mentira). Los que voten por Trump o por Kamala lo harán desde una perspectiva sesgada, equivocada, porque se creyeron sus mentiras o porque vieron la realidad desde el ángulo que los candidatos les enfocaron. Sólo hay un discurso que vale: el que circula en internet; éste es el intermediario válido entre ciudadanos y poder.
Este discurso enfrenta (¿o disuelve?) la ideología de derecha o de izquierda, porque es el mensaje superficial, parcial y concreto que aparece en un tuit, un post, un reel o un Tiktok, que no deja espacio para disentir o pensar, sino sólo da tiempo para asentir y aceptar.
Múltiples ideas circulan por la red. El discurso liberal, capitalista, conservador u ortodoxo se ha esfumado en pedazos por trozos de ideas comunistas, socialistas, autoritarias y racistas. Hoy es un peligroso coctel molotov a punto de explotar en nuestras mentes.
En suma, ¿qué demuestra la elección presidencial en Estados Unidos? Que la democracia está por cambiar.
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El autor de la columna Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Threads @horus72.