Las empresas reconocen la necesidad de cambiar a Windows 10, y también que el proceso que implica el tiempo total tanto en los procesos de evaluación como de descarga de Windows 10 se ha reducido de 23 meses en 2015 a 21 un año después, señala un estudio de Gartner.
De acuerdo con esta firma de consultoría, muchas grandes empresas ya aplican todas las actualizaciones de la última versión del sistema operativo de Microsoft, o bien planean hacerlo a partir de 2018. Ello refleja que las aplicaciones legacy, o la sustitución de éstas, lleva asociado un proceso de transición antes de migrar a Windows 10.
Entre septiembre y diciembre de 2016, Gartner llevó a cabo una encuesta en seis países (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, China, India y Brasil), en la que participaron 1,014 directivos relacionados con la toma de decisiones en TI.
Al preguntar los motivos de esta migración a Windows 10, el 49% de los entrevistados señaló que los avances en seguridad han sido las razones principales para realizar el cambio. La segunda razón mayormente esgrimida por los directivos consultados tiene que ver con la integración de las capacidades en cloud (38%).
Nos es “necesidad inmediata ni crítica”
Desde el punto de vista de Gartner, Windows 10 no es percibido como un proyecto inmediato ni de necesidad crítica para el negocio, mientras que 1 de cada 4 entrevistados condiciona la integración de Windows 10 en su negocio a la disponibilidad de presupuesto.
Las intenciones de compra de dispositivos han decrecido considerablemente mientras las empresas comprueban las funcionalidades de los productos de cuarta generación optimizados para Windows 10, dotados de baterías de cargas más duraderas, pantallas táctiles y otras capacidades. La intención de comprar notebooks convertibles por parte de las empresas ha pasado de las fases de pruebas y pilotaje a la de compra, señala la firma analista.