La información recabada en plataformas digitales es una herramienta de gran valor para las organizaciones, quienes han descubierto su utilidad en la conquista de su propia transformación digital. Por esta razón, es más necesario que nunca hablar de data governance, o gobierno de datos, que consiste en la correcta gestión de la disponibilidad, integridad, usabilidad y seguridad de los datos utilizados en una empresa.
La nueva normalidad ha impulsado a los negocios a explorar nuevas soluciones tecnológicas y modelos de negocio escalables y flexibles. En esta reinvención digital que vivimos, las empresas producimos una cantidad inmensa de datos, tanto estructurados como no estructurados, con un desafío que estamos empezando a enfrentar: cómo almacenamos este mar de datos, garantizando su utilidad para el negocio.
Hay evidencia que demuestra que no más del 20% de los datos útiles para la toma de decisiones se aprovechan para ello.
Esta limitante seguirá incrementando, no por temas de tecnología, sino por temas de presupuesto, recurso humano u otras prioridades de las compañías.
En una visión idealista, todos los datos empresariales eventualmente terminan en un único repositorio (físico o virtual), pero la realidad es muy diferente. Para sortear los desafíos, es importante implementar un buen gobierno de datos al interior de la organización: incluyendo un órgano o consejo de gobierno, un conjunto de procedimientos definidos y un plan para ejecutar dichos procedimientos.
No es tarea sencilla, pero es más fácil si lo pensamos como un sistema de decisiones y responsabilidades para procesos relacionados con la información, que describe quién puede tomar qué acciones, con qué datos y cuándo, en qué situaciones y con qué métodos.
Los programas de gobierno de datos pueden variar significativamente dependiendo de su enfoque (en cuanto a cumplimiento, integración de datos, Master Data Management, etc.), pero todos deberán tener esencialmente la misma misión que se puede resumir en tres puntos:
- Crear, reunir y alinear las reglas.
- Resolver problemas.
- Supervisar y hacer cumplir las reglas mientras se proporciona un apoyo constante a los interesados en los datos.
¿Y en dónde “instalamos” este gobierno de datos? Dependiendo de la empresa esto puede variar, podría ubicarse dentro de las operaciones comerciales o de TI, o hasta en estructuras de gestión de datos, etc. Lo importante es que sea el grupo que sea, éste reciba los niveles apropiados de apoyo de los líderes de la organización, junto con unos niveles adecuados de participación de todas las personas interesadas en los datos.
Ahora bien, el gobierno de datos puede no ser la solución para todas las organizaciones. Una empresa necesita cambiar de una gestión informal de datos a un gobierno formal cuando se da alguna de estas situaciones:
- La organización ha crecido y la gestión tradicional no es capaz de hacer frente a actividades multifuncionales relacionadas con los datos.
- Los sistemas de datos de la organización se han vuelto tan complicados que con la gestión tradicional no es posible hacer frente a actividades multifuncionales relacionadas con los datos.
- Los arquitectos de datos de la organización u otros grupos necesitan el apoyo de un programa multifuncional que tenga la visión acerca de las preocupaciones y preferencias de datos de toda la empresa.
- Las regulaciones, normas, cumplimientos o requerimientos contractuales exigen un gobierno de datos.
Los beneficios de contar con un gobierno de datos permiten que las empresas enfoquen sus esfuerzos en brindar una mejor experiencia a sus clientes, ya que habilita procesos más eficientes, toma de decisiones más ágiles y un amplio conocimiento de las necesidades de los clientes. Teniendo a la mano toda la información necesaria, es posible analizar cuáles son los deseos del consumidor, así como entender por qué su comportamiento de compra tiene ciertos efectos ante acciones específicas. Los datos son oro puro, siempre y cuando sepamos cuidar de ellos.
Jerónimo Diez de Sollano, CIO de AT&T México.