Este 17 de mayo celebraremos el Día de Internet, además de reconocer la importancia de este medio de comunicación representa un buen momento para realizar una evaluación de los avances y también de las asignaturas pendientes en materia de conectividad y profundización de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) en la sociedad mexicana.
Es por ello que México debe seguir articulando esfuerzos para asegurar la promesa constitucional y aspiración social de la adopción universal de los servicios de banda ancha entre la población, no sin antes proveer un diagnóstico de conectividad que defina el número de conexiones que quedan por satisfacer.
De acuerdo con The Competitive Intelligence Unit en el 2013 en México había 119.0 millones de personas, de ellos 51.2 millones cuentan regularmente con acceso a la red, con lo que la aritmética de conectividad revela que persiste una gran mayoría de marginados digitales equivalente a 67.8 millones, casi siete de cada diez mexicanos.
Por otro lado, la penetración de los servicios de Internet refleja aún más el grado de rezago que se tiene en el país, ya que la banda ancha móvil continúa teniendo una baja adopción entre la población. Los accesos móviles alcanzan ya 16.6 millones con una penetración muy cercana a 14%, debido a la elevada adopción de dispositivos móviles y la creciente necesidad de los internautas de mantenerse conectados en cualquier lugar.
Cabe recordar que si bien el número de suscripciones al servicio de Banda Ancha en ambas modalidades fija y móvil continúa en ascenso constante, existen hechos estilizados que reflejan disparidades digitales de gran magnitud.
Por ejemplo, el porcentaje de hogares con conexión a Internet en zonas urbanas es de 30%, cifra que supera por mucho el 4% para hogares en zonas rurales, según cifras de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) en 2012. De igual forma, podemos dar cuenta de la existencia de una brecha digital entre diferentes contextos socio-económicos, tal que casi tres cuartas partes de los hogares de mayor poder adquisitivo tienen acceso a la red. Mientras que en un franco contraste, apenas dos de cada 100 hogares entre los más pobres del país cuentan con esta posibilidad.
Estas cifras revelan grandes disparidades de conectividad que deben ser solucionadas con la implementación de políticas de combate a la brecha digital y la asignación de presupuesto digital para la construcción de infraestructura. La suma de estas acciones debe provocar que las bondades de Internet lleguen a todos, puesto que su acceso está ligado directamente a la productividad y desarrollo de las personas.
Con todo, es un día que más que hacernos mirar al pasado, nos debe obligar a asegurar la puesta en marcha de verdaderas acciones para resolver las disparidades digitales, garantizando así un acceso a Internet plenamente incluyente, es decir para todos los mexicanos.