Cuando los líderes tecnológicos sacan el artista que llevan dentro, prestan atención al diseño elegante y al pensamiento innovador.

Einstein hacía música. Pasteur pintaba. El torpedo teledirigido de la actriz Hedy Lamarr dio lugar al WiFi. Y Steve Jobs, quien abandonó la universidad, atribuyó a un curso de caligrafía la inspiración de la Mac.

En resumen, el arte y la ciencia nunca han estado lejanos. Y hoy la tecnología necesita más que nunca la chispa creativa.

Por eso, las mejores organizaciones se benefician del pensamiento creativo que aportan las mentes artísticas para resolver problemas de forma única, colaborar con imaginación y aportar elegancia y empatía a las experiencias de los usuarios.

Hablamos con algunos de los principales líderes de la empresa Cisco, cuya faceta creativa eleva el nivel de su trabajo diario: Fletcher Previn, Director de Información con experiencia en televisión y cine; Denise Lee, cuya devoción de toda la vida por el ballet clásico influye en su papel de Vicepresidenta de la Oficina de Sostenibilidad de Ingeniería de Cisco; Thimaya Subaiya, quien transforma la madera en hermosos muebles cuando no está centrada en asegurar y eficientar la compañía como Vicepresidenta Ejecutiva de Operaciones; y Stephen DiAdamo, cuya pasión por el violín complementa su trabajo de desarrollo de las redes cuánticas del futuro.

Todos creen que las artes han desempeñado un papel importante en el éxito de sus carreras. Porque, como dice Previn, “la tecnología bien hecha es un esfuerzo creativo”.

Y cuando tu padre es el compositor y pianista Andre Previn y tu madre la actriz Mia Farrow, la creatividad está en tu ADN. Así que no es de extrañar que Previn empezara a trabajar en la televisión y el cine. Hizo prácticas en foros de cine y en los programas de David Letterman y Conan O’Brien. Pero cuando su otro amor, la tecnología, empezó a superar incluso la emoción de la televisión nocturna, su carrera dio un giro.

“La tecnología era mi afición y luego se convirtió en mi profesión”, cuenta. “Espero que la parte creativa se refleje en la preocupación por el impacto de la tecnología en las personas y el papel que desempeña en la forma de hacer el trabajo”.

Como el mejor arte suele expresar empatía y profundidad emocional, Previn también lo cita como inspiración en su estilo de liderazgo.

“Intento aportar esa creatividad al trabajo y dirigir con empatía y experiencia”, subrayó. “Todo lo demás encaja cuando te aseguras de liderar con diseño y experiencia, con el objetivo de simplificar las cosas a la gente”.

Violín cuántico y ballet sostenible

La creatividad ha desempeñado un papel fundamental en el trabajo de Stephen DiAdamo en el campo de la tecnología, desde que terminó un doctorado hasta su actual puesto en el desarrollo de redes cuánticas para Cisco. Como aficionado serio, ha tocado el violín en orquestas locales de Múnich y sigue un riguroso programa de ensayos, esforzándose siempre por comprender mejor cada pieza.

“Cuando estás haciendo matemáticas y simulaciones, pensando lógicamente todo el tiempo, necesitas activar ese lado creativo de tu cerebro”, explicó DiAdamo, “para ver las cosas de otra manera. Y puedes tocar la misma pieza durante 10 años y seguir aprendiendo cosas nuevas, pequeñas cosas que marcan una gran diferencia. Yo apliqué esos aprendizajes a mis estudios de doctorado y a mi trabajo actual”.

Por su parte, Denise Lee ha estado en los estudios de danza desde los dos años y estudió ballet clásico hasta la universidad, donde también fue profesora de danza. Hoy ayuda a entrenar a dos alumnas de ballet muy especiales: sus hijas.

“Sabía que nunca iba a ser profesional”, confiesa Lee, “pero siempre ha sido una válvula de escape y sigue siendo una gran parte de mi vida. Incluso antes de trabajar en Cisco, valoraba la oportunidad de poner tanto rigor y disciplina en un espacio que utiliza un lado completamente distinto del cerebro.”

Lee ve una conexión entre las intensas exigencias del ballet clásico –todo dedicado a crear algo que parezca bello y sin esfuerzo– y la tecnología. En su opinión, los mejores productos ofrecen una experiencia elegante y sin fisuras, por compleja que sea la tecnología subyacente. Y como responsable de ingeniería de sostenibilidad de Cisco, también está comprometida con la tecnología que sirve a un propósito más elevado, como a menudo hace el gran arte.

“El mejor arte consiste en ser emotivo y crear un sentimiento, un movimiento o un impacto en alguien”, subraya. “Y la tecnología debería ser igual. Ya sea en su simplicidad o en su facilidad o en su optimización general de algo en tu vida –haciéndolo más rápido, más fácil, más barato, más sostenible–, porque si no está creando una sensación de alegría o propósito, está perdiendo el punto focal”.

Liderazgo y diseño, con empatía

Para Thimaya Subaiya, el arte de trabajar la madera aporta una perspectiva más amplia a su función de liderazgo en Cisco. La naturaleza casi meditativa del trabajo de la madera, afirma, le permite despejarse, lejos del acelerado mundo del trabajo, y volver a un problema con una nueva perspectiva.

“Cuando estás lijando meticulosamente una mesa entera en la que llevas mucho tiempo trabajando, estás en tu propio mundo. Especialmente si trabajas en un entorno rodeado de gente todo el tiempo, es un momento de tranquilidad dedicado a ti mismo. Creo que esa es otra pieza fundamental, aparte del trabajo y la familia, en la que tenemos que centrarnos para ayudar a mantener ese sentido del equilibrio”.

Una de las lecciones que ha aprendido es que, aunque aspirar a la perfección en el arte o la tecnología es un objetivo noble, rara vez es alcanzable. Pero sí lo es buscar la empatía y las soluciones prácticas.

“En mi trabajo con la madera, busco la perfección”, admite Subaiya. “Pero cuando termino un proyecto, a menudo me disgusta algo como un pequeño arañazo que sólo yo noto”.

En ese sentido, Subaiya cree que trabajar la madera le ha ayudado como líder. Sigue comprometido con la perfección, pero ha adquirido una visión más equilibrada de lo que se puede conseguir.

“Me parece que un equipo puede ser más ágil y creativo cuando esa presión por la perfección se mitiga en todos los ámbitos”, añadió. “Se trata de aportar el equilibrio adecuado entre sentido práctico y empatía a cualquier reunión de planificación o creación de productos”.

Aunque en última instancia sea inalcanzable, todos coincidieron en que la perfección expresada en el arte atemporal nos une como seres humanos y puede inspirarnos para aspirar a grandes cosas.

“Al final, ese esfuerzo por alcanzar el ideal es de lo que trata el arte”, subraya Lee. “Aunque nada sea realmente perfecto, hay mucho disfrute en ese proceso, y mucho valor”.

DiAdamo cree que el proceso creativo humano siempre tendrá cabida en la tecnología, incluso en la era de la IA Generativa.

“Por muy difícil que sea técnicamente tocar las notas de una pieza musical”, concluye, “sacar la emoción de la música es lo más difícil. Y desarrollar software también exige mucha empatía, para garantizar que los usuarios tengan la mejor experiencia. Siempre necesitaremos el aspecto humano para sacar la emoción del arte. En tecnología, es lo mismo”.

Por Kevin Delaney, Redactor Senior de Cisco.