Los inicios. El Apple I.
Wozniak había creado manualmente un kit de microcomputación para un club de fanáticos de la electrónica.
La tecnología estaba despuntando.
Y a Jobs, que acababa de volver de un retiro espiritual en una huerta con manzanas, le pareció que aquella computadora doméstica podría comercializarse. El nombre: Apple, por supuesto.
Ronald Wayne fue el que se encargó de diseñar el primer logotipo que ya no reconocemos.
El precio: 666,66 dólares, un precio simbólico y muy bajo, para uno de los primeros ordenadores personales del mundo. Un kit de “do you itself” que podía ser conectado a un televisor. El éxito estaba asegurado.
Aunque la producción de ese primer modelo fue muy humilde, tan solo unas 200 unidades, les dio el suficiente empuje e inversión para seguir adelante. Un año después, llegó el Apple II, también ideado por Wozniak, que, ahora sí, les llevó directamente a la fama.
La carrera hacia la cima
A partir de ahí todo es una montaña rusa para Apple. Fracasos y éxitos: Apple III, Lisa y Macintosh. Abandonos: el primero que había dejado el barco fue Ronald Wayne al vender sus acciones por 800 dólares, apenas un par de semanas después de su fundación. Luego lo abandonó Wozniak. Jobs se vio obligado a dimitir más tarde.
Apple tocó el cielo y casi estuvo al borde de la quiebra en 1997.
Justo en ese momento Jobs volvería convertido en una especie de showman y con él aparecieron los hitos que revolucionaron la industria de la música, de la telefonía y de los ordenadores: iMac, iPod y iTunes, iPhone, iPad.
Lo demás es leyenda.
40 años madurando.
Después de la muerte de Jobs en el 2011, Apple ha seguido fiel a su diseño y a sus ventas, situándose como la primera compañía tecnológica del mundo en ingresos. Ha hecho nuevas incursiones con los iWatch y ha seguido desarrollando sus productos.
En plena madurez y ahora dirigida por Tim Cook, ¿cuántos años más seguirá sorprendiendo Apple?
-Patricia Figuer, Macworld