En su veredicto, el juez del caso, criticó las prácticas empresariales de la tecnológica, que incluyen “una evasión rutinaria de las reglas”.
La justicia estadounidense ordenó a la multinacional tecnológica IBM a pagar 1.600 millones de dólares a la empresa de software BMC por fraude y violación de contrato. Esto, debido a que la consultora cambió de software, del de BMC al suyo propio, a su cliente mutuo AT&T, a pesar de un acuerdo previo entre las partes.
IBM fue por años el proveedor de computadoras centrales del gigante de las telecomunicaciones, los que al menos desde 2007 dependían del software de BMC. Al año siguiente, las dos compañías firmaron un contrato para regular su relación comercial y en 2015 acordaron añadir un anexo de subcontratación en el que se impedía a IBM mover a los clientes mutuos a su propio software. Ese mismo año, AT&T comenzó el proyecto Swallowtail, con el que migró al software de IBM.
En 2017, BMC demandó a IBM por violación de contrato, argumento que fue aceptado por el juez de distrito Gray Mille, quien aseguró en ese entonces que “no había ninguna disputa de hecho material de que IBM desplazó los productos de BMC con los suyos”.
En su dictamen final, el juez explicó que “el tribunal encuentra por pruebas claras y convincentes que IBM indujo fraudulentamente a BMC a entrar en el anexo de 2015 para que pudiera ejercer derechos sin pagar por ellos, asegurar otros beneficios contractuales y, en última instancia, adquirir uno de los principales clientes de BMC. IBM lo hizo intencionalmente“.
Justificando el elevado monto de 1.600 millones de dólares de las sanciones, Mille comentó que “las prácticas empresariales de IBM -incluida la evasión rutinaria de las reglas- merecen una indemnización punitiva proporcional”. Asimismo, sentenció que la conducta de la multinacional “ofende el sentido de justicia y decoro que el público espera de las empresas estadounidenses”.
Desde BMC celebraron la sentencia, mientras que IBM afirmó que apelará la decisión del tribunal.