En los últimos años, la aplicación de la Inteligencia Artificial (IA) en diversos ámbitos ha mostrado su capacidad para mejorar la eficacia y la transparencia de procesos complejos. Uno de ellos es el proceso electoral, donde la IA demuestra ser una herramienta invaluable para garantizar elecciones más eficientes y confiables.
SAS, empresa proveedora de soluciones para Inteligencia Artificial y Analítica Avanzada de datos, reconoce el potencial transformador de la IA en la modernización de los procesos electorales. Su implementación responsable puede contribuir a una mayor eficacia, transparencia y confianza en las elecciones, al fortalecer la democracia en todo el mundo.
IA al servicio de la integridad electoral
La IA puede convertirse en una aliada para garantizar la limpieza de los procesos electorales. Al analizar grandes volúmenes de datos, se pueden detectar patrones anómalos en el registro de votantes, la votación y los resultados, lo que permite a las autoridades tomar medidas proactivas contra el fraude.
También puede combatir la desinformación que circula en redes sociales durante las campañas, garantizando que los votantes basen sus decisiones en información verídica, así como generar registros auditables de cada paso del proceso, desde el registro hasta el conteo de votos.
Se prevé que en México la implementación de la infraestructura de la IA para los procesos electorales será paulatino y puede que no estemos tan alejados de vivirlo. De acuerdo con Yuri Rueda Domain, Expert de Fraude para SAS Latam, es posible que en las próximas elecciones presidenciales –de 2030– podríamos ver a la IA en pleno uso para el reconocimiento del padrón electoral a través del reconocimiento de las huellas digitales de los votantes u otros datos biométricos para ingresar a las urnas, así como la detección de irregularidades en boletas de personas ya fallecidas, por ejemplo.
Según una reciente encuesta de Yiaga África, en 22 países africanos se están implementando sistemas de IA para diversas funciones, como la gestión del registro de votantes, la utilización de chatbots automatizados para la participación ciudadana, la autenticación de votantes y la detección de amenazas cibernéticas en países como Sudáfrica, Suazilandia, Madagascar y Nigeria, respectivamente.
En estos países, la IA está contribuyendo a abordar desafíos como la interferencia humana y la ineficiencia en los procesos electorales, al facilitar la supervisión y agilizar la toma de decisiones. Mediante modelos de análisis avanzado y aprendizaje automático, se pueden detectar anomalías e irregularidades en los datos electorales, contribuyendo así a prevenir la manipulación en las elecciones.
Responsabilidad: más allá de la detección de fraudes
La IA va más allá de la seguridad. Su aplicación puede optimizar la ubicación de centros de votación en función de la población y las características demográficas. También permite gestionar de manera más eficiente el registro de votantes, identificando posibles errores o inconsistencias.
Además, puede brindar información y asistencia personalizada a los votantes, respondiendo a sus preguntas y resolviendo sus dudas de forma rápida y precisa. Incluso, puede servir para capacitar a los funcionarios electorales en el uso de nuevas tecnologías y procedimientos.
Condiciones para garantizar comicios éticos
Es fundamental que la implementación de la IA en los procesos electorales se lleve a cabo de manera responsable y ética, garantizando que:
- Los sistemas de IA sean transparentes y auditables: los votantes y las autoridades electorales deben tener la posibilidad de comprender cómo funcionan los sistemas de IA y cómo se toman las decisiones.
- Los algoritmos de IA estén libres de sesgos: es esencial evitar que los sistemas de IA discriminen o favorezcan a ciertos grupos de votantes.
- Se proteja la privacidad de los datos personales: la información de los votantes debe manejarse con la máxima confidencialidad y de acuerdo con las regulaciones de protección de datos.
¿Y qué hace falta para que la IA aumente la transparencia de los procesos electorales en México? De acuerdo con SAS, se requiere:
- Digitalización: es fundamental digitalizar datos biométricos como las fotografías, huellas dactilares y demás datos que utiliza el INE para dar de alta a los ciudadanos y validarlos con información de otras instituciones como el seguro social, registro civil, buró de crédito para contrastar la información entre bases de datos y evitar irregularidades.
- Actualizar el proceso de votación para que sea electrónico: es más fácil cometer fraude si el proceso de votación es físico, pues se pueden alterar boletas, desaparecer urnas, alterar los datos de los votantes, etc. Contar con diferentes insumos electrónicos para la validación de las personas permitiría que el proceso fuera auditable, real y sustantivo.
- Que en los procesos electorales haya la menor interacción humana posible.
Rueda puntualizó que lo más complicado no es la incorporación de nuevos procesos y tecnologías, sino la actualización y digitalización de la información con la que se cuenta.
Consideró que, si bien México va en buenos pasos hacia la digitalización de los trámites y documentos oficiales, aún se puede mejorar. “Tener toda esa información de manera digital y la contrastación de la misma, ayudaría a que el proceso electoral fuera más rápido y aumentaría su seguridad”, concluyó Rueda.