En una mudanza, hay un asunto que parece claro: quien realiza el traslado espera que el nuevo hogar le ofrezca, por lo menos, las comodidades básicas que tenía en el lugar que abandonó, por ejemplo, servicios públicos de agua, limpieza, luz y seguridad. Si no encuentra tales conveniencias, el cambio de residencia seguramente será breve. En la dinámica del nearshoring, se podría crear una situación similar.
La cercanía geográfica y las ventajas competitivas de una economía se vuelven virtudes muy relativas, cuando un territorio, que aspira a beneficiarse con esta tendencia, no brinda a las organizaciones una infraestructura digital que facilite la implementación de las innovaciones tecnológicas, como Inteligencia Artificial (IA), Internet de las Cosas (IoT), Big Data y modelos de ciberseguridad, que son fundamentales para la productividad empresarial, además de contar con un servicio de hiperconectividad especializado..
Es importante reconocerlo: atraer compañías y centros de producción a México es sólo una parte de la misión, el factor que marcará la diferencia es lograr que dichas instancias encuentren buenos motivos para quedarse durante un largo de tiempo.
Una oportunidad por consolidar
El potencial que el nearshoring tiene para México es un hecho bien documentado. No faltan los indicadores que sugieren el tamaño de la oportunidad. Por ejemplo, las compañías globales que dejen China para reubicarse en territorio mexicano, según estimaciones de algunos analistas, podrían generar un flujo de inversión de $80,000 millones de dólares.
Otro reporte señala que, si el 1% de la manufactura china se traslada a México en los próximos cinco años, con lo que el crecimiento anual promedio del PIB mexicano se ubicaría en el rango del 2.6%. No obstante, este tipo de indicadores sólo sugieren un escenario posible para nearshoring, no anuncian un beneficio irreversible.
Las referencias que señalan que México, en el contexto global del nearshoring, puede enfrentar un desafío importante en los temas de infraestructura, lo que incluye al ámbito digital.
En el caso específico de la infraestructura digital, se puede mencionar que de acuerdo con el Ranking mundial de competitividad digital del IMD, que mide la capacidad y preparación de una economía para adoptar y aprovechar tecnologías digitales con el fin de impulsar la transformación económica y social, México ocupa la posición 54 en un listado de 64 naciones analizadas.
Por su parte, en su Índice de Competitividad Internacional, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que la economía de México tiene una competitividad media baja en el rubro de innovación, que IMCO define como la capacidad de un país para competir en sectores de alto valor agregado, intensivos en conocimiento y tecnología de punta.
En estos estudios no se dejan de reconocer avances en materia de infraestructura para innovación tecnológica. Sin embargo, a la luz de los resultados que reportan es inevitable plantearse una pregunta:
¿La infraestructura digital de México está preparada para recibir a organizaciones que requieren altos niveles de conectividad para implementar sus soluciones de nube, inteligencia artificial o internet de las cosas?
El esfuerzo digital que nos ayudaría
Con el fin de fortalecer su infraestructura digital, y así atraer a las organizaciones que buscan un lugar para reubicar sus actividades, México puede tomar varias medidas, en las que el esfuerzo conjunto de proveedores y autoridades será fundamental.
En ese sentido, los primeros pasos pueden apuntar a acciones como:
- Diseñar infraestructura tecnológica con la mira puesta en el futuro. Esto implica fomentar el desarrollo de plataformas de conectividad de última generación, optimizadas para soluciones (IA, IoT, Big Data) muy demandantes en velocidad, capacidad, confiabilidad y latencia. Hay que construir infraestructura digital para el nuevo mundo de los negocios.
- Facilitar el crecimiento de las redes digitales. En la actualidad, existen diversas regulaciones que complican el tendido de enlaces de fibra óptica, lo que limita el acceso de las compañías a conexiones de alta calidad. Si queremos que el efecto se extienda a lo largo del país, hay que eliminar barreras que frenan la ampliación de las redes digitales, que permitan a las empresas beneficiarse y lograr ventajas competitivas a través de una conectividad segura y especializada, lo que llevaría a una vinculación tecnológica tanto con el mercado norteamericano como con los distribuidores de materias primas y bienes que se utilicen dentro de la cadena productiva para así lograr la consolidación de los centros industriales situados en territorio mexicano.
- Impulsar el desarrollo del sector de data centers. En este renglón, uno de los desafíos más importantes es garantizar el abasto de energía para data centers más grandes y de mayor capacidad para atender a la nueva generación de soluciones, que son más exigentes en volúmenes de procesamiento y almacenamiento de datos y en este aspecto dicho abastecimiento, sobre todo de energías limpias, se percibe como un obstáculo mayor para el nearshoring en México.
- Fomentar el sector de la ciberseguridad. La llegada de más compañías al país tendrá una implicación: más información, servicios y aplicaciones digitales que necesitan protección. De ahí la importancia de crear un ecosistema de seguridad digital más robusto, que incluya a autoridades, proveedores, organismos sectoriales y usuarios.
Tomar este tipo de medidas fortalecerá la posición de México. Desde el ángulo de la innovación tecnológica, podemos demostrar que somos un buen destino para cualquier mudanza.
Por: Alejandro Hernández Bringas, CEO en MCM Telecom.