La mayoría de las PyMEs no tienen implementado un plan de recuperación para enfrentar un desastre.
Para un administrador de TI, hay muy pocas cosas que causan más sensación de malestar en la boca del estómago que un evento desastroso que dañe los datos de la empresa o provoque su pérdida. Los datos son la segunda moneda de una empresa después de la moneda real; por lo tanto, perderlos no es una opción. Estos eventos desastrosos adoptan todo clase de formas, por ejemplo, se pueden manifestar como desastres naturales, fugas de datos provocadas por hackers, eliminación accidental de datos, entre otros. Incluso algo tan insignificante como una taza de café derramada por un ingeniero sobre un sistema puede eliminar todo el contenido del servidor y de cualquier servidor virtual que se ejecute en él.