La Federal Communications Commission (FCC) de Estados Unidos, en una votación histórica, aprobó ayer la propuesta a favor de la neutralidad de red, que prohíbe a los proveedores de servicios restringir o bloquear el tráfico de acceso de los consumidores, escuelas y bibliotecas a cualquier tipo de contenido Web legal. La propuesta, aprobada por 3 a 2 votos gracias a la mayoría demócrata de la comisión, también obliga a los proveedores de banda ancha a informar a los clientes de sus prácticas de gestión de red y de las métricas de rendimiento utilizadas en sus servicios.
La medida de la FCC ahora tendrá que conseguir la aprobación del Congreso, lo que no será sencillo dada la mayoría republicana de la cámara. Además, servirá de referencia para otros mercados que, como la Unión Europea, siguen inmersos en el debate y la polémica sobre la necesidad de regular la neutralidad de Internet.
La propuesta de regulación aprobada ha sido recibida con críticas por todos los frentes, desde los defensores de la no regulación de Internet a los más comprometidos con el principio de neutralidad, que la consideran ‘débil’ y ‘repleta de lagunas jurídicas’. De hecho, las nuevas normas sólo obligan a los proveedores de servicios fijos, dando libertad a los de servicios móviles y a los de servicios gestionados que no utilicen la Red pública para que regulen el tráfico según sus necesidades. Sólo se les prohibirá bloquear el tráfico de voz y el de aplicaciones que compitan con sus propios servicios. Una medida que los grupos defensores de la neutralidad consideran que provocará la ‘fractura de Internet”. En su opinión, la decisión de la FCC no pasa de ser una ‘falsificación del principio de neutralidad’.
La propuesta de la FCC, impulsada por su presidente, el demócrata Julius Genachowski, pone fin a más de siete años de debate en el seno de la comisión sobre la necesidad de garantizar por ley la neutralidad de red. Sin embargo, la polémica continuará aún durante mucho tiempo, puesto que no hay unanimidad entre los agentes del sector al respecto.
Frente a las críticas, Genachowski defiende la propuesta como “fuerte y equilibrada”. En su opinión, “hasta ahora, la libertad y apertura de Internet no han estado garantizadas. No había reglas para proteger los valores básicos de la Red, ni procesos para monitorear su apertura a medida que la tecnología y los modelos de negocio evolucionan. Tampoco se disponía de recursos para proteger a los innovadores, a los consumidores o a las víctimas de prácticas inapropiadas”. Para Genachowski, los proveedores de servicios tendrán ahora la certidumbre necesaria para gestionar e invertir eficientemente en banda ancha. “Hemos hablado con muchos empresarios, ingenieros, inversionistas, CEO y otros profesionales que trabajan diariamente innovando y distribuyendo nuevos productos de Internet y por tanto ayudando a mantener el liderazgo de Estados Unidos en innovación, y su mensaje ha sido claro: sin normas la próxima década de innovación en este sector está en riesgo”.
Los dos representantes republicanos en la FCC no piensan lo mismo. Uno de ellos, Robert McDowell, considera la medida innecesaria y legalmente dudosa. Según McDowell, el nuevo orden será derribado por los tribunales, donde prevé que esté empantanado durante años. Internet funciona correctamente en la actualidad sin necesidad de nuevas reglas, que además, asegura, podrían desincentivar las inversiones en banda ancha. McDowell recuerda que los pocos casos de violaciones de la neutralidad de red que se han producido durante los últimos años en Estados Unidos siempre se han resuelto a favor de los consumidores aplicando las leyes actuales. “En el mercado de acceso a Internet no hay nada roto que necesite ser reparado”, afirma McDowell, para quien la iniciativa de la FCC abrirá además un largo periodo de conflictos con el Congreso, donde alrededor de 300 representantes son reacios a regular la neutralidad.
La nuevas normas se quedan muy cortas respecto de lo que la FCC podría haber aprobado, asegura Gigi Sohn, presidente de Public Knowledge, un grupo de defensa de los derechos civiles que apoya la protección legal de la neutralidad. “La comisión podría haber protegido a los usuarios mucho más de lo que lo ha hecho, porque la normativa aprobada podrá ser manipulada por las compañías de cable y telefonía. Si la FCC quiere que sus normas tengan éxito, tendrá que vigilar muy seriamente su aplicación”.
Por el contrario, el Center for Democracy and Technology y la patronal Telecommunications Industry Association han elogiado la decisión, destacando lo acertado de no considerar la banda ancha como uno de los servicios regulados por el restrictivo Título II de la Telecommunications Act, donde se encuadran actualmente los servicios de difusión bajo licencia. “Valoramos muy positivamente el enfoque regulatorio tolerante adoptado por la FCC durante todo este tiempo ya que ha aportado la certidumbre legal necesaria para potenciar significativamente las inversiones y la innovación en banda ancha”.