Dos encuestas recientes señalan una falta de confianza en la inteligencia artificial, además de un temor absoluto sobre la posibilidad de que reemplace los puestos de trabajo humanos.
Cuando se trata de confiar en la inteligencia artificial (IA), los trabajadores hombres, millennials y de la Generación Z generalmente tienen más fe en la tecnología que las mujeres, la Generación X o los Baby Boomers. Así se desprende de un nuevo estudio llevado a cabo por The Harris Poll a cargo de la agencia de investigación sin ánimo de lucro MITRE Corp. Esta es la segunda encuesta de este tipo realizada ocho meses después de la publicación de su antecesora.
Cabe destacar que la encuesta inicial sobre la confianza en la IA se ejecutó justo antes del lanzamiento de ChatGPT de OpenAI el pasado 30 de noviembre. Entonces, la mayoría de los encuestados expresaron reservas sobre la IA cuando se aplica a los beneficios gubernamentales y la atención médica, mientras que la última encuesta mostró una disminución notable en la confianza en el último año.
“Desde finales del año pasado hasta este año ha habido un entusiasmo abrumador sobre la IA generativa y lo que puede hacer”, dijo Rob Jekielek, director general de Harris Poll. “Durante gran parte de 2023, ha habido un debate sustancial sobre las posibles implicaciones negativas de la IA y cómo la IA generativa la ha acelerado. También [ha habido] debates sobre la falta y la necesidad de una mayor regulación, lo que puede haber llevado a una disminución en la confianza en la IA”.
Solo el 39% de los encuestados cree que la IA es segura, un 9% menos que en la encuesta de noviembre de 2022, y al 78% le preocupa que la IA pueda usarse de manera maliciosa. La encuesta indica que es necesario trabajar más en materia de garantía de la IA y en una regulación gubernamental.
Ozgur Eris, director general del Centro de Innovación de Autonomía e IA de MITRE, detalló que la “garantía de la IA” se refiere a proporcionar el máximo valor y al mismo tiempo proteger a la sociedad de daños. “Desde nuestra perspectiva, la IA tiene que satisfacer las expectativas de integridad técnica, de datos y científica, y producir resultados deseados y confiablemente efectivos. Pero esto por sí solo no proporciona seguridad a la IA”, afirmó Eris. “Para que la IA esté garantizada, también debe permitir la supervisión organizacional y ser segura. De igual forma debería empoderar a los humanos, mejorar sus capacidades y aumentar su habilidad para lograr sus objetivos, lo que significa ser interpretable y responsable ante aquellos a quienes empodera”.
La IA debe proteger la privacidad individual, abordar las desigualdades que podrían resultar de su uso y trabajar en beneficio de la humanidad de manera consistente con los valores humanos, la ética, los derechos y las normas sociales, añadió el ejecutivo. “No garantizar estas necesidades probablemente tenga como resultado impactos negativos, mientras que asegurarlas es más probable que produzca una IA más confiable y que los humanos estén mejor posicionados para calibrar su confianza en tecnologías útiles”, dijo.
La encuesta también mostró que más de la mitad (52%) de los encuestados cree que la IA reemplazará sus empleos; al 80% le preocupa que la IA se utilice para ciberataques; el 78% teme que se utilice para el robo de identidad; y el 74% desconfía de que se utilice para crear anuncios políticos engañosos. Por otro lado, sólo el 46% cree que las tecnologías de IA están listas para un uso crítico en defensa y seguridad nacional, un 8% menos que el año pasado.
Brecha de género y edad
Quizás lo más sorprendente de los resultados fue la diferencia en la confianza en la IA según el género de los encuestados y cuándo nacieron. Mientras que el 51% de los hombres, el 57% de la Generación Z y el 62% de los millennials indicaron que están más entusiasmados que preocupados por la IA, sólo el 40% de las mujeres, el 42% de la Generación X y el 30% de los Boomers sintieron lo mismo.
La mayoría de los encuestados pertenecientes a la Generación Z y los millennials indicaron su predisposición a usar la IA, pero los Baby Boomers se sentían entre un 20% y un 30% menos cómodos usando la tecnología; sólo el 37% de ellos se mostró optimista acerca de la IA para el reconocimiento facial en teléfonos y dispositivos personales, y aún menos, el 29%, estaba de acuerdo con el uso de la IA para publicidad dirigida en las redes sociales.
La mayoría de la Generación Z (54%) y los millennials (58%) están dispuestos a utilizar la IA para las tareas cotidianas, mientras que un porcentaje mucho menor de la Generación X (39%) y los Boomers (30%) están dispuestos a hacerlo. Esa brecha se replica en otras áreas, ya que el 51% de la Generación Z y los millennials se sienten cómodos con los vehículos autónomos de viaje compartido, en comparación con solo el 32% de la Generación X y el 20% de los Boomers.
Según Jekielek, la división entre géneros refleja una tendencia en la que las mujeres se sienten menos cómodas con la tecnología porque tienen menos conocimiento sobre ella y no la usan tanto como los hombres. Eso, incidió, conduce a “menos confianza en la IA y menos voluntad de utilizarla”.
“Las generaciones mayores confían menos en la IA que las generaciones más jóvenes. Al igual que con las mujeres, un menor conocimiento, uso y comodidad con la tecnología en general entre las generaciones mayores es un patrón que normalmente vemos también en otras investigaciones”, dijo Jekielek. “Es mucho más probable que las generaciones más jóvenes adopten la IA y sus capacidades”.
El 47% de la Generación Z y el 45% de los millennials se sienten cómodos con que las agencias gubernamentales utilicen la IA para tomar decisiones que les afectan directamente o a su comunidad, en comparación con el 34% de la Generación X y el 24% de los millennials. Los adultos jóvenes estadounidenses tienen preocupaciones aún más fuertes sobre la IA y quieren garantías y regulaciones: el 78% de la Generación Z y el 82% de los millennials apoyan la regulación, en comparación con el 86% de la Generación X y el 90% de los Boomers.
“No es sorprendente que el público tenga reservas a la hora de confiar en la IA, dado el impacto potencial en los empleos y las noticias sobre hackeos nefastos o fotos y vídeos deepfake“, dijo Douglas Robbins, vicepresidente de Ingeniería y Creación de Prototipos de MITRE. “El público se ha involucrado más directamente este año con los productos de IA de consumo y ha pensado en las posibles implicaciones para su propia atención médica, entretenimiento, transporte o experiencias laborales”.
Transformación laboral
Otra encuesta reciente realizada por PricewaterhouseCoopers (PwC) a casi 54.000 trabajadores en 46 países y territorios encontró una mezcla de entusiasmo y preocupación a medida que las herramientas IA generativa como ChatGPT se trasladan al lugar de trabajo. La Encuesta Global de Esperanzas y Temores de la Fuerza Laboral de PwC encontró que numerosos sectores de la fuerza laboral global están ansiosos por aprender nuevas habilidades y adoptar la IA.
Un diferenciador entre los encuestados: aquellos con formación especializada esperan ver un mayor impacto de la IA en sus carreras, tanto de forma positiva como negativa. Sin embargo, quienes no cuentan con capacitación especializada tienen menos probabilidades de anticipar un impacto de la tecnología; de hecho, el 22% de los encuestados a nivel mundial dicen que no creen que la IA afecte en absoluto a su trabajo.
A medida que las aplicaciones IA generativa como ChatGPT y Bard han entrado en el lugar de trabajo, más de la mitad (52%) de los encuestados encontraron al menos una afirmación positiva sobre el impacto de la IA en su carrera, diciendo que aumentará la productividad y brindará oportunidades para aprender cosas nuevas, mejorar habilidades o crear oportunidades de empleo.
Muchos encuestados eligieron al menos una afirmación negativa, diciendo que requerirá nuevas habilidades que tal vez no puedan aprender (18%); cambiarán negativamente su trabajo actual (14%); o los reemplazará en sus funciones actuales (13%).
Sólo el 36% de los encuestados está de acuerdo en que las habilidades necesarias para tener éxito en su trabajo cambiarán significativamente en los próximos cinco años, y sólo el 43% dice tener una idea clara de cómo cambiarán las habilidades necesarias para su trabajo.
“Es preocupante que la mayoría de los trabajadores no parecen tener claridad sobre cómo pueden cambiar sus requisitos laborales”, destacó el estudio de PwC. “Si los empleados no anticipan o no comprenden esto, es posible que no estén adecuadamente preparados para adquirir las nuevas habilidades necesarias para seguir siendo relevantes y eficaces en sus funciones”.
Una “preocupación más profunda” involucra a trabajadores menos especializados que parecen ser los que tienen menos probabilidades de ver venir el cambio; y es que sólo el 15% de los encuestados consideró que las habilidades necesarias para realizar su trabajo cambiarán en los próximos cinco años. “Esto podría dejar a los trabajadores que carecen de capacitación especializada particularmente vulnerables a la pérdida de empleos a medida que las habilidades continúan evolucionando y las empresas aumentan (o reemplazan) los puestos de trabajo con automatización, inteligencia artificial o ambas”, concluyó el estudio.
En este sentido PwC recomendó que las empresas se pregunten si su fuerza laboral tiene las habilidades necesarias para transformarse. “Cada equipo de liderazgo debería poder trazar una línea directa desde las capacidades que necesita para crecer e innovar hasta los resultados comerciales específicos que desea lograr, incluida la transformación. Pero este no es un ejercicio estático. Los líderes también deben estar preparados para adaptarse el plan, repetidamente, a medida que cambia el entorno”, concluyó el estudio.
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