De forma discreta, sin recibir el foco de los reflectores de otras industrias, la producción de electrodomésticos en México crece dos veces más que en el resto del mundo, lo que la convierte en un nuevo rubro con potencial para apuntalar las ventas al mercado interno y aprovechar las exportaciones.
De hecho, México está posicionado en el top 5 como uno de los principales exportadores de electrodomésticos a nivel mundial, junto a países como China, Alemania e Italia. Según el informe “Análisis de participación y tamaño del mercado de electrodomésticos en México: tendencias de crecimiento y pronósticos (2024-2029)” de Mordor Intelligence, el tamaño del mercado de electrodomésticos en México se estima en 15.94 mil millones de dólares para 2024, y se espera que alcance los 18.97 mil millones de dólares en 2029, con una tasa de crecimiento anual compuesta del 3.53% durante el período previsto.
La demanda de este tipo de productos se ha incrementado por el crecimiento del espacio residencial vinculado al dinamismo de la clase media, que en México alcanza a 42.2% de los hogares, y los cambios en los estilos de vida, lo que impulsa una externalidad positiva para las ventas de electrodomésticos.
Este sector está segmentado, principalmente en electrodomésticos grandes (refrigeradores, congeladores, lavavajillas, lavadoras, hornos, aires acondicionados, entre otros) que están dominando el mercado de al acaparar más del 60% de la participación en el mercado en México, y por los pequeños (cafeteras y teteras, procesadores de alimentos, parrillas y tostadoras, aspiradoras y otros más pequeños).
Al mismo tiempo, dicha industria está también en un contexto de transformación sin precedentes que involucra una creciente adopción de tecnologías avanzadas para mejorar la eficiencia, reducir costos y fortalecer sus cadenas de suministro en respuesta a un mercado cada vez más competitivo y exigente.
Con este cambio viene la innovación en el diseño, fabricación y funcionalidad de los productos, ofreciendo a los consumidores una nueva generación de electrodomésticos inteligentes que mejoran la eficiencia y la conveniencia en el hogar.
¿Cómo aprovechar ambos factores en esta industria? ¿Qué elementos pueden contribuir a mantener y acelerar el ritmo de crecimiento?
En este sector, la estrategia de producción “Make to Stock” (MTS) es ampliamente utilizada debido a su capacidad para satisfacer rápidamente la demanda del mercado y mantener la disponibilidad de productos. Es de vital importancia el inventario, ya que forma parte clave de la operación exitosa de las empresas. Por sus características de producción masiva, se enfrenta desafíos como pronosticar la demanda para evitar el exceso o la escasez de stock, administrar los niveles de inventario para evitar la inmovilización del capital, optimizar y controlar los costos de producción e inventario, así como tener la flexibilidad para adaptarse a los cambios en las necesidades de los clientes.
Para comprender el make-to-stock, consideremos una empresa de electrodomésticos que produce refrigeradores y ventiladores. Al analizar los datos históricos, la empresa detecta un aumento en la demanda antes de la temporada de calor, por lo que incrementa la producción meses antes. Así, cuando los consumidores compran durante esta época del año, la empresa tiene suficiente inventario para satisfacer la demanda sin retrasos. La estrategia make-to-stock se basa en producir y almacenar productos anticipando la demanda futura, utilizando análisis de datos históricos y pronósticos de ventas.
Los fabricantes de producción en stock requieren múltiples niveles de inventario optimizado en una variedad de ubicaciones y una extensa red de distribución. Sin embargo, los sistemas ERP (planificación de recursos empresariales, por sus siglas en inglés) actuales suelen carecer de visibilidad en toda la cadena de suministro, lo que genera costos vertiginosos y demandas insatisfechas de los clientes.
¿Qué requiere un modelo make-to-stock para hacerlo funcional, fácil de implementar y que aporte resultados rápidos.
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Planificación de la demanda: previsión de demanda, niveles de inventario, capacidad de producción, visibilidad de los materiales, los recursos y los horarios de la planta de producción. Por tanto, el uso de los recursos también se planifica en consecuencia, facilitando la eficiencia.
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Gestión de inventario: visibilidad en tiempo real de los niveles de inventario en toda la cadena de suministro, rastreo del envejecimiento del stock, alertas por exceso o escasez de mercancías.
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Gestión de compras: adquisición de materia prima, en las cantidades correctas, dado que los bienes se producen a gran escala, los costos fijos de producción se dividen en partes iguales entre un gran número de unidades producidas. Reduce el costo promedio de producción por unidad y permite a las empresas aprovechar los beneficios de las economías de escala.
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Estandarización de procesos: adoptar los mejores procesos de mercado, de cara a maximizar la eficiencia.
–Alejandro Luna, Country Manager de Infor México.