El año pasado resultó duro para las empresas, pero para los cibercriminales fue uno de los mejores de la historia, según datos revelados por el centro de quejas sobre crímenes en Internet (IC3- Internet Crime Complaint Center) del FBI.
Los estudios del FBI revelan que las víctimas de cibercrímenes reportaron un total de pérdidas por valor de 559,7 millones de dólares durante 2009, más del doble que en 2008.
La ciberestafa más frecuente fue una en la que se utilizaba el propio nombre del FBI para intentar engañar a las víctimas y conseguir de ellas dinero en efectivo o información sensible.
En una de sus variantes, el gancho era un correo electrónico que se presentaba como emitido por John Pistole, subdirector del cuerpo de policía de Estados Unidos, y se pedía a los usuarios que pagaran una determinada tarifa a cambio de recibir después una suma mayor.
Las estafas en las que se utilizaba falsamente la identidad del FBI representaron el 16,6% de las 336.655 denuncias recibidas por IC3 el año pasado, y el total de las quejas en 2009, que ascendió a 257.284, fue un 22,3% superior al del año anterior.
Otros engaños especialmente frecuentes fueron los de robo de identidades y aquellos en los que se vendían mercancías o servicios que después la víctima no recibía. Esta alternativa tuvo especial difusión en mercados online, como eBay.
También fue común la táctica basada en la venta de falso software antivirus (scareware), según el FBI.
Algunas víctimas denunciaron haber recibido un correo electrónico de alguien que se identificaba como un asesino a sueldo, al que se le había encargado el trabajo de asesinarle y se ofrecía a no ejecutar la tarea si se enviaban 800 dólares a Reino Unido en el plazo de 72 horas.