En estos tiempos en los que el time-to-market es fundamental para mantener la competitividad, resulta necesario un alineamiento perfecto de las necesidades del negocio con las aplicaciones y tecnologías que las soportan.
De acuerdo con los resultados del informe Application Landscape 2014, realizado por Capgemini, el mapa de aplicaciones de las organizaciones es cada vez más complejo, lo cual incrementa las tareas de mantenimiento realizadas por el departamento de TI y retrasa la transformación digital de las mismas.
De hecho, el informe destaca que el 37% de los CIO consultados cree que al menos una quinta parte de sus actuales aplicaciones debería ser retirada o reemplazada. “A pesar de que el negocio está empezando a mirar a las TI como un habilitador estratégico con la implantación de nuevas tecnologías como la movilidad, cloud computing, social media o Big Data, el departamento de TI se enfrenta a un escenario de aplicaciones más complejo que nunca”, aseveró Ron Tolido, CTO de Servicios de Aplicaciones de Europa Continental de Capgemini y coautor de la nueva edición del informe Application Landscape, la continuación de un informe del 2011 sobre el mismo tema.
“Se ha producido una diferencia notable a partir del 2011: TI es considerada mucho más por el negocio como algo que les ayuda a innovar y a reducir el time to market”, explicó Tolido.
Aunque hace tres años el informe ponía de manifiesto que el negocio utilizaba las TI para reducir costos, “ahora es un factor estratégico que ejerce mayor presión a los CIO”.
No obstante, agregó, sin una racionalización del conjunto global de aplicaciones, el área de TI carece de la capacidad y del presupuesto para ofrecer innovación y mejoras al negocio. “No es de extrañar que el 76% de los participantes en el estudio crea que la racionalización es importante para alcanzar los objetivos de su empresa”, dijo Tolido.
A pesar de sus preocupaciones, muchos CIO indicaron que han tenido dificultades para comenzar con la racionalización de su cartera de aplicaciones, señaló. “La complejidad del mapa de aplicaciones, las limitaciones de presupuesto y falta de definición de un modelo de negocio convincente han sido obstáculos demasiado grandes para afrontar la racionalización”.
Sin embargo, “en un mundo en el que todas las áreas de una organización comienzan a posicionarse en la transformación digital, un mapa de aplicaciones racionalizado se convierte en un imperativo estratégico para toda la compañía”.
Racionalizar, ante todo
Casi la mitad (48%) de los encuestados en el estudio de Capgemini, afirmó que tienen más aplicaciones en su cartera de las que el negocio requiere realmente. Eso es un gran salto en comparación con 2011, cuando el 34% de las organizaciones señalaron lo mismo. “La mayoría de los CIO admiten que tienen demasiadas aplicaciones y a pesar de que su objetivo en años anteriores era simplificar su ambiente de TI, en la práctica no han sido capaces de hacerlo”, argumentó el directivo.
Uno de los grandes factores que contribuyen al aumento de aplicaciones es que pocas empresas están dispuestas a desmantelar las que tienen. Además, “muchas unidades de negocio individualmente recurren a soluciones de software como servicio (SaaS) para satisfacer sus necesidades, ya sea con la aprobación de TI o sin ella. Estas soluciones SaaS también se suman a la complejidad”, señaló Tolido.
El 70% de los encuestados en el estudio de Capgemini cree que al menos una quinta parte de sus aplicaciones podría consolidarse mediante la eliminación de la funcionalidad redundante. “Hay que consolidar aplicaciones, eliminar las redundantes y la personalización excesiva y reemplazarlas por nuevas aplicaciones basadas en la nube”.
En la mayoría de los casos, “la razón principal por la que los CIO no afrontan un proceso de racionalización es porque no son capaces de crear un caso de negocio”, señaló Tolido. Paradójicamente, la situación está comenzando a inclinarse a favor de los CIO.
La movilidad, Big Data y las soluciones en la nube son grandes impulsores en la racionalización de la aplicación, y los directores de TI pueden utilizar la percepción de alto valor de estas soluciones para construir casos de negocios convincentes para la mejora de las aplicaciones fundamentales. “Lo mejor, apuntó Tolido, es que la cartera de aplicaciones esté formada por una mezcla de nuevas soluciones de alto valor con cambios en las aplicaciones básicas”.
La clave del éxito
Para Tolido, la clave para tener éxito en la racionalización está en “un acuerdo entre el negocio y TI en el estado actual del entorno de aplicaciones y de las prioridades de mejora. Con el negocio y TI hablando el mismo lenguaje, se puede crear un ambiente de colaboración con miras al futuro y que puede facilitar el éxito de la transformación digital”.
Esto es posible siempre y cuando TI utilice métricas para relacionar las aplicaciones con los procesos de negocio de manera que el impacto en el negocio y el valor de las aplicaciones se vuelvan más claras y más tangibles. “Lo anterior proporciona medios objetivos de gran valor para la comunicación entre las distintas partes interesadas”, afirmó Tolido.
Finalmente, el estudio también pone de manifiesto que, mientras que las compañías de los mercados de países desarrollados sufren los esfuerzos y costos que generan las aplicaciones heredadas y obsoletas, los mercados emergentes se están beneficiando de su relativamente nuevo y moderno panorama de TI.
En efecto, países como Finlandia y Noruega reportan cifras por debajo de los niveles promedio en lo que respecta al alineamiento entre el negocio y TI (sólo el 64 y el 69%, respectivamente), mientras un alentador 92% de los encuestados en Brasil, India y China opinan que sus sistemas implementan adecuadamente la lógica del negocio.