En sus últimos desarrollos, varios jugadores han llegado a desarrollar procesadores de entre dos y siete nanómetros.
A pesar de la carestía de chips en el mercado, los principales jugadores globales siguen compitiendo por desafiar a la Ley de Moore –basada en que cada dos años se duplica el número de transistores de un microprocesador– y minimizar los nanómetros en sus productos.
“Esta ley se ha convertido en un concepto del pasado”, aseguró Kiran Raj, jefe de práctica de tecnología disruptiva en GlobalData. “Esto se ha reflejado en la introducción de IBM de su tecnología disruptiva de chips de dos nanómetros en 2021. La búsqueda de nanómetros más bajos está allanando el camino para una nueva era en la fabricación”.
En la actualidad, dijo la firma de análisis, la longitud convencional de los transistores es de 10 nanómetros, y los líderes del sector han logrado chips de cinco o siete mediante investigaciones de vanguardia. “Los fabricantes ahora buscan tecnologías con arquitecturas gate-all-around (GAA) que mejora las características electroestáticas, optimiza el diseño del procesador, mejora el rendimiento y reduce el consumo de energía”, explicó Abhishek Paul Choudhury, analista sénior de la consultora.
Dentro de este escenario hay actores clave. Por ejemplo, la Corporación Internacional de Fabricación de Semiconductores de China (SMIC) desarrolló un proceso de casi siete nanómetros para extraer bitcoins. Sin embargo, la guerra comercial entre el país asiático y Estados Unidos podría hacer que este semiconductor solo tenga influencia en este primer bloque geopolítico.
Por su parte, el gigante surcoreano, Samsung, ha innovado con un nodo de proceso de tres nanómetros. Su proceso utiliza nanoláminas con canales más amplios, lo que permite un mayor rendimiento y eficiencia energética. El ancho del canal de la nanohoja se puede modificar utilizando GAA. La empresa afirma que este desarrollo puede reducir hasta un 45% de consumo de energía.
Por último, IBM ha diseñado un chip de dos nanómetros que puede colocar hasta 50.000 millones de transistores en un producto del tamaño de una uña. Con esto, habría más opciones para incorporar mejoras a nivel de núcleo y aumentar capacidades de inteligencia artificial (IA) y computación en la nube. También proporciona nuevos caminos para la seguridad y el cifrado vía hardware.
“Con un panorama en continua innovación y evolución, es razonable decir que la carrera por reducir los nanómetros no debe pasarse por alto”, concluyó Choudhury.
-IDG.es