Las cifras de compras corporativas en Estados Unidos durante los tres primeros trimestres del año sugieren que las empresas de este país se están replanteando el futuro de sus programas BYOD, de acuerdo con la consultora Strategy Analytics. Las políticas BYOD parecen desacelerarse en el mundo más desarrollado.
Las empresas adquirieron 73 millones de teléfonos inteligentes en el tercer trimestre de este año, lo que representa un aumento de 34 por ciento con respecto al año pasado.
Aunque se trate de una tendencia que parece imparable en muchas regiones del mundo, no sorprende que el denominado BYOD (Bring Your Own Device) se desacelere en el mundo más desarrollado y las empresas vuelvan a promover dispositivos corporativos entre sus empleados, asegura Kevin Burden, director de movilidad de Strategy Analytics. Las compañías aún están diseñando y probando políticas internas de uso de estos dispositivos, descubriendo las dificultades de gestión y experimentando sus efectos, completa.
Por ahora no está claro si el aumento en esta compra de dispositivos por parte de las empresas marcará la tendencia o se trata de una simple corrección del mercado, pero lo que está claro es que las empresas se resisten a perder el control sobre los móviles y aplicaciones que utilizan sus empleados, sostienen en la citada firma de análisis.
Leif-Olof Wallin, vicepresidente de investigación de Gartner, también se muestra de acuerdo y señala que “aún hay una brecha entre los CIO y los empleados” y, en todo caso, resulta aventurado extraer demasiadas consecuencias de las cifras del último trimestre, cuando las ventas se vieron afectadas por lo que el propio Wallin denomina el “efecto BlackBerry”. Las dudas sobre el futuro de esta legendaria marca pueden haber afectado positivamente a las ventas de equipos Apple y Android, advierte el analista.
En este sentido, apunta, al insistir en que “cada vez hay más CIO que se dan cuenta de que los proyectos BYOD no son más baratos que las iniciativas con dispositivos propiedad de la empresa. Si no, probablemente, un 5 o un 10 por ciento más caro”.
-Mikael Ricknäs, IDG News Service