Hoy en día, la transformación digital ya no es una opción; es una necesidad apremiante. La inteligencia artificial (IA) y, en particular, la IA generativa se han convertido en herramientas esenciales para aquellas organizaciones que buscan adaptarse y destacar en un mercado altamente competitivo. Cada vez más líderes planean aumentar su inversión en IA, y el mensaje es claro: la IA es una prioridad estratégica, aunque la adopción sigue plagada de desafíos.
El más reciente Informe de Madurez Digital de México, elaborado por Needed Education, Kio y EY, se ha convertido en un referente de la transformación digital de México para entender cómo están preparadas las empresas. Los resultados demuestran que, si bien el 87% de los ejecutivos de las empresas considera que necesita una estrategia de IA y más del 80% piensa que la IA afectará la experiencia del empleado de manera positiva, la mayoría de estos líderes mexicanos no proyecta invertir en IA generativa en el corto plazo, o lo hará tímidamente a través de ciertas pruebas de concepto.
A pesar del entusiasmo y los recursos destinados a esta tecnología, muchas organizaciones aún no logran aprovechar y capitalizar completamente sus beneficios. Entre las razones para esta incertidumbre se encuentran la escasez de talento, falta de claridad en las prioridades de inversión y ausencia de una estrategia ética de IA, los cuales son obstáculos importantes que limitan su potencial transformador.
En México, estos retos son aún más complejos: aunque la mayoría de los CEO han dado pasos hacia la IA, solo un pequeño porcentaje ha integrado la IA generativa de manera transversal. Gran parte de las iniciativas están en fases experimentales o pilotos, lo que revela una brecha crítica entre la tecnología disponible y su aplicación efectiva en el día a día.
Invertir en talento se vuelve esencial en este camino
Para realmente capitalizar el poder de la IA, las organizaciones deben asumir un enfoque integral que abarque desde la inversión tecnológica hasta el desarrollo del talento humano. No podemos permitirnos aislar la IA a zonas limitadas; debe integrarse en el ADN organizacional, es decir, además de contar con tecnología avanzada, se deben formar equipos con habilidades digitales, un sólido entendimiento de los datos y una visión ética que garantice su uso responsable.
Contar con personal capacitado que entienda las capacidades y limitaciones de la IA generativa es una de las piedras angulares para avanzar hacia la madurez digital. Esta capacitación debe enfocarse en habilidades técnicas y en fomentar una mentalidad digital dentro de todos los niveles de la organización. Es un hecho que las empresas deben promover la alfabetización digital y la toma de decisiones basada en datos para tener éxito en la transformación digital.
¿Cómo poner a las personas en el centro de las estrategias? No se trata solamente de un reto tecnológico, sino de un reto operativo y de liderazgo que debe enfocarse en la transformación del mindset de los colaboradores. Los líderes de hoy deben convertirse en agentes de cambio, incentivando una cultura de innovación y experimentación, que sea capaz de adaptarse rápidamente a los cambios tecnológicos y de integrar la IA en los procesos de negocio de manera eficiente y sostenible.
Por otro lado, la creación de un plan estratégico de IA que esté alineado con los objetivos de negocio es igualmente crucial. Sin una hoja de ruta clara que guíe el despliegue de estas tecnologías, es fácil que las iniciativas queden en fases de prueba sin generar un impacto real. Además, establecer un enfoque responsable y ético en el uso de la IA permitirá que las empresas eviten riesgos a largo plazo, como la violación de la privacidad de los datos o el sesgo en las decisiones automatizadas. Una gobernanza efectiva, con comités que supervisen las prácticas de IA, es fundamental para que las empresas se aseguren de que sus decisiones sean éticas y estén alineadas con sus valores corporativos.
Otro aspecto por considerar es el diseño de estrategias que fomenten la adopción de la IA generativa a nivel interdepartamental. La IA tiene un potencial de transformación en toda la cadena de valor, desde el análisis de datos para mejorar el servicio al cliente hasta la automatización de procesos en áreas operativas. Sin embargo, estos esfuerzos deben contar con el respaldo de toda la organización, lo que implica construir puentes entre departamentos y romper con los tradicionales “silos” de información.
Finalmente, es importante recordar que la madurez digital no es un fin, sino un proceso continuo. A medida que la tecnología y las expectativas de los consumidores evolucionan, las empresas deben estar dispuestas a ajustar sus estrategias y a adaptarse de forma dinámica. La IA generativa tiene el potencial de revolucionar las operaciones, pero su verdadero valor sólo se alcanzará si las organizaciones están dispuestas a evolucionar de la mano de esta tecnología. Aquellas empresas que comprendan el valor de esta transformación y actúen con visión, estrategia y ética estarán mejor posicionadas para prosperar en la era digital.
– Juan Solana, Líder de Consultoría de Transformación de Negocios para EY Latinoamérica.