Las mujeres han dejado una huella imborrable en la ciencia, la tecnología y las matemáticas (STEM), desafiando barreras y abriendo camino en un sector históricamente dominado por hombres. Sin embargo, a pesar del avance de la digitalización y los esfuerzos por cerrar la brecha de género, ésta aún persiste.
¿Por qué es urgente atender este tema? Porque la participación activa de mujeres en STEM no sólo impulsa la equidad, sino que también fortalece la competitividad del sector de TI. Está comprobado que los equipos diversos generan mejores soluciones, aumentan la innovación y responden con mayor eficacia a los desafíos tecnológicos. Además, más mujeres en tecnología significa mejores condiciones salariales y mayor independencia financiera para ellas.
Aun así, la realidad en México es preocupante. Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, en 2022 sólo 3 de cada 10 profesionistas en STEM eran mujeres. Si más de la mitad de la población del país somos mujeres, ¿por qué seguimos rezagadas en este sector clave para la economía?
La respuesta no sólo está en el ámbito laboral, sino en la educación. Promover un sistema educativo STEM con perspectiva de género es esencial para eliminar sesgos desde la formación. Las mujeres no sólo son excelentes profesionistas en TI, sino que también destacan en habilidades clave como la comunicación y el trabajo en equipo, fundamentales para potenciar la creatividad y la resolución de problemas.
Un claro ejemplo es la inteligencia artificial. En 2018, un estudio reveló que los algoritmos de reconocimiento facial tenían una mayor tasa de error en personas de piel oscura debido a la falta de diversidad en los datos de entrenamiento. Esto demuestra cómo la ausencia de mujeres y otros grupos subrepresentados en el desarrollo tecnológico puede generar sesgos perjudiciales. Una industria más diversa es clave para construir tecnología más equitativa e incluyente.
Pero no basta con atraer más mujeres a STEM, también es fundamental asegurar su permanencia y crecimiento en el sector. Apostar por la diversidad desde la educación básica fortalecerá nuestra competitividad global.
La inclusión de niñas en STEM debe fomentarse desde edades tempranas con talleres y programas que despierten su curiosidad. No es casualidad que exista un Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia (11 de febrero), que nos recuerda la importancia de impulsar estos cambios desde la raíz.
En el contexto del nearshoring y la creciente demanda de talento en TI, también es crucial tender puentes entre la academia y la industria. Las redes de mentoría, las oportunidades de prácticas profesionales y los programas de vinculación ayudarán a que más mujeres ingresen y prosperen en la fuerza laboral tecnológica.
El liderazgo femenino en tecnología sigue siendo limitado, pero no podemos perder de vista la meta. Necesitamos más modelos a seguir, más historias de éxito y más mujeres liderando el cambio. La equidad de género en STEM no es sólo un tema de justicia social, sino una estrategia clave para el desarrollo tecnológico y económico de México.
La innovación debe construirse con el talento de todos. Sólo cuando la revolución tecnológica sea equitativa e incluyente, será realmente transformadora.
Por Claudia Quintana, Head del área de Tecnología de la Información de KTSA (KPMG Technology Services Americas).