El gobierno electrónico o e-gobierno consiste en la aplicación innovadora de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) con el objeto de mejorar la gestión pública, el equipamiento tecnológico disponible para el desempeño de las labores de los servidores públicos, así como los medios para atender a los ciudadanos en términos de servicios públicos y transparencia.
El desarrollo del gobierno electrónico abarca desde el correcto equipamiento informático y de comunicación de las instituciones que componen la administración pública, hasta la aplicación de soluciones como plataformas de datos abiertos para promover la transparencia; sin embargo, las actividades ejemplificadas no representan un límite, ya que toda aplicación innovadora de las TIC para mejorar la forma en la que se hace gobierno constituye una práctica de e-gobierno; baste con recordar el potencial del blockchain[1] para establecer un sistema de contrataciones públicas.
En el caso de México, la principal política de e-gobierno deriva de una de las líneas de acción de la Estrategia Digital Nacional (EDN) llamada “Transformación Gubernamental”, la cual muestra iniciativas como la implementación de un domino único que concentra información de toda la Administración Pública Federal; la tramitación del acta de nacimiento a través de la vía digital; el uso de plataformas digitales y aplicaciones móviles para realizar trámites diversos asociados con la seguridad social (IMSS Digital); la estandarización en el desarrollo de aplicaciones móviles de gobierno, entre otras.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), en su informe bienal E-Government Survey[2], reporta las tendencias de gobierno electrónico a nivel internacional, las cuales apuntan hacia la aplicación de soluciones tecnológicas para promover la educación, la salud, el medio ambiente y el empleo.
Asimismo, publica el Índice de e-gobierno que busca ponderar y calificar el conjunto de las tendencias de servicios gubernamentales en línea, el estado de la infraestructura de telecomunicaciones y la calidad del capital humano en 193 países.
El resultado del Índice de e-Gobierno en 2018 para México fue 0.68, siendo 1 el valor máximo y ubicando al país en la posición 64. En la edición 2016, este indicador resultó en 0.62, posicionando a México en el lugar 59.
Vale la pena remarcar que si bien dicha métrica mejoró 10.1% entre 2016 y 2018, el país perdió 5 posiciones en el mismo periodo, mostrando que los avances de otras economías son más acelerados que los de México en el esfuerzo por desplegar el gobierno electrónico. Turquía, por ejemplo, en 2016 ocupó el lugar 68 (11 posiciones por debajo de México), mientras que dos años después, en 2018, se posicionó en el lugar 53 (11 posiciones arriba de México).
Índice de e-Gobierno en México: 2012-2018
Fuente: The Social Intelligence Unit con información de la ONU.
Como ya se mencionó, el índice ubica a México en la posición 64 de las 193 economías consideradas. Al compararlo con las 33 economías latinoamericanas y del Caribe presentes en el ranking, se ubica entre las 10 economías con mejor desempeño regional (aunque debe considerarse que está 30 lugares por debajo de Uruguay en el ranking general). Al realizar el ejercicio comparativo con los 36 países que componen la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), México se ubica en el último lugar y muy lejos de Dinamarca, Australia y Corea que constituyen el top 3 a nivel internacional.
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