El plan de ampliación ha sido diseñado de hecho para soportar la creciente demanda de cómputo hospedado que previsiblemente generará el software empresarial que correrá sobre la plataforma Windows Azure, así como los servicios de terceras partes que Microsoft espera atraer mediante esta iniciativa.
Con este plan, Microsoft espera multiplicar por tres el número de los data centers que opera a nivel mundial, lo que a su vez multiplicará por 15 el uso de potencia para su alimentación y por nueve la cantidad de tráfico Internet que de ellos sale, según explicó Benjamin Ravani, director general de Global Foundation Services de Microsoft. Actualmente, Microsoft opera “decenas de miles de servidores” en sus data centers, según Ravani, quien no ha querido precisar el número exacto.
A pesar de su relativamente tardía entrada en el mundo de los denominados servicios cloud computing, Microsoft parece decidido a invertir fuerte en su estrategia para este negocio no escatimando en la construcción de una infraestructura de back-end que nada tenga que envidiar a las de competidores como Amazon.com, Google o Salesforce.com.
Durante los últimos doce meses, Microsoft ha anunciado la apertura de cinco nuevos centros de datos, en dos de los cuales ha invertido 500 millones de dólares. Y es que la demanda de los servicios por ellos soportados es ya enorme. Windows Live Messenger, por ejemplo, registraba ayer más de 450 millones de usuarios únicos sobre el sistema, gestiona más de 8,300 millones de mensajes y realiza más de 1,000 millones de autenticaciones Web cada día.