Microsoft anunció que no proveerá su tecnología de reconocimiento facial a los departamentos de policía hasta que haya una ley federal que regule su uso, tal y como ha reconocido su presidente, Brad Smith.
Esta decisión se suma a las ya anunciadas por IBM y Amazon en los últimos días, también auspiciadas por el contexto del brote de violencia policial y racial que se está viviendo en Estados Unidos.
“Debemos seguir una ley nacional que rija el reconocimiento facial basado en la protección de derechos humanos”, aseveró el directivo de Microsoft. Este tipo de tecnologías pueden ser controvertidas, ya que pueden facilitar la vigilancia masiva, exacerbar el sesgo humano en este tipo de tareas e, incluso, infringir las libertades de los ciudadanos.
En los últimos meses, más de 80 grupos de derechos civiles, liderados por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles del Norte de California (ACLU), han pedido a estas grandes multinacionales que dejen de vender tecnologías de reconocimiento facial al Gobierno.