Cuando escuchamos la frase: “¡Llegó la inteligencia artificial a la oficina!”, nos genera varias reacciones: excitación, incertidumbre, miedo o apertura. Para estar a la moda con la temporada, analicemos los miedos que ha causado esta novedosa tecnología, para tratar de aliviar los temores explicando algunos de sus efectos y alejarnos de las suposiciones.
El miedo relacionado con la frase “La inteligencia artificial me va a hacer perder mi empleo” es uno de los más comunes. Lo cierto es que el desarrollo actual de la IA está enfocado a reducir las tareas repetitivas y monótonas.
Los cálculos, los cobros, los empaques, las tareas manuales que requieran esto podrían verse afectadas, pero en un futuro no menor a cinco años, el resto de las profesiones tendrán un impacto gradual conforme se acepte esta tecnología. Mientras tanto, la capacitación y el entrenamiento para nuevos puestos de trabajo es imprescindible.
Por otro lado, si la IA crece y se desarrolla hacia la robótica. Los siguientes empleos serán el mantenimiento y reparación de estos robots, tal como lo hicimos con la aparición de los autos, las fábricas de chips o de ropa y, más recientemente, las computadoras.
Otro de los miedos recurrentes es la velocidad con la que avanza la IA. “Es tan rápido el avance, que la humanidad podría desaparecer a causa de las computadoras”. Este temor es influenciado por las películas de ciencia ficción que explotan la idea de una IA descontrolada y letal.
Ciertamente, el avance que ha ocurrido en 24 meses es incomparable con las últimas cinco décadas, cuando inició la IA. Hemos sido testigos del nacimiento del ChatGPT y sus primos hermanos: Copilot, Claude, Gemini, que se pelean por el mercado de usuarios. Pero ésta es sólo un parte de la llamada inteligencia artificial estrecha. Falta mucho por recorrer para llegar a una inteligencia artificial general y la super inteligencia, que podrían ser semejantes al pensamiento humano.
Aún carecemos de los procesadores, chips y computadoras para correr esos algoritmos que pudieran estar dentro de un robot.
Un miedo que circula mucho es que la inteligencia artificial va a acabar con el medio ambiente porque requiere mucha electricidad. Es verdad que cualquier IA entrenada necesita un poder de cómputo que consume grandes cantidades de energía, por eso empresas como Google están usando energías alternativas –solar y eólica– para alimentar sus servidores. Varios gobiernos y empresas invierten para desarrollar procesadores más rápidos y de menor consumo energético.
El cambio climático que sufrimos no tiene una sola causa sino muchas: los seres humanos hemos abusado del medio ambiente para mantener un estilo de vida depredador y egoísta a través de varias industrias, como la farmacéutica, automotriz, alimentaria, textil, etc. La culpa, pues, no la tiene la IA, pero es un buen pretexto.
Estos tres miedos: trabajo, velocidad y ambiental son sólo algunos de los que deberemos enfrentar en una noche de brujas generada por algún bot de inteligencia artificial.
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El autor de la columna Tecnogob”, Rodrigo Sandoval Almazán, es Profesor de Tiempo Completo SNI Nivel 2 de la Universidad Autónoma del Estado de México. Lo puede contactar en tecnogob@pm.me y en la cuenta de Threads @horus72.