No hay que negarlo: prácticamente todas las empresas se están moviendo hacia la nube, o al menos piensan hacerlo. Pero con tantas opciones disponibles, muchas todavía están experimentando para poder saber cuál funciona mejor.
La decisión de construir una nube privada, usar una oferta pública o ir con una combinación de ambas se reduce a una serie de factores, dijo Rick Wright, el director de la Iniciativa Global Cloud de KPMG. Las empresas deben considerar la criticidad del negocio en las aplicaciones que deseen trasladar a la nube, las cuestiones reglamentarias, los niveles de servicio requeridos, los patrones de uso de las cargas de trabajo y la forma en que las aplicaciones deben estar integradas con las otras funciones de la empresa, añadió.