Nvidia pretende desarrollar su solución APU que unifique los núcleos de la CPU con la GPU para poder competir con Intel y AMD en el mercado de equipos de escritorio y servidores, configuraciones donde hasta ahora sólo tenía presencia la arquitectura x86.
Nvidia anunció su intención de desarrollar un producto que combina la CPU y la GPU, utilizando su licencia ARM para producir un diseño de los denominados System-on-Chip (SoC), bajo el nombre en código “Project Denver”.
Anunciado durante la celebración del CES, el proyecto es una clara extensión de la compañía de sus actuales CPUs basadas en Tegra de ARM, de las que utiliza el procesador Cortex-A15. Desde un primer instante ha dejado claro que va destinado a computadoras de escritorio, y no al mercado de dispositivos móviles. Así, la compañía estaría buscando nuevas fórmulas para poder competir con Intel y con AMD, los principales fabricantes que dominan este mercado, y que acaban de anunciar también nuevos chips APU, los cuales integran en una misma oblea de silicio, tanto los núcleos de la CPU, como el chip gráfico o GPU.
En la conferencia de prensa ofrecida, el CEO de Nvidia Jen-Hsun describió a ARM como “la arquitectura de CPU que más rápido ha crecido y evolucionado en la historia”, a lo que añadió que “Nvidia está diseñando un núcleo de procesador ARM de gran rendimiento que, una vez combinado con nuestros núcleos de GPU en paralelo, nos permita ofrecer una nueva clase de procesador”.
A pesar de que los detalles del proyecto Denver todavía se mantienen en secreto, el diseño SoC sin duda combinará una CPU de varios núcleos de procesador, con una GPU GeForce de las que actualmente nVidia comercializa en sus soluciones gráficas. De esta forma, Nvidia reforzará su presencia actual en entornos de servidores con soluciones de procesamiento en paralelo del tipo GPGPU, además de introducirse en el mercado de computadoras de escritorio.
En la actualidad, ARM es la arquitectura más popular en el mundo de los teléfonos móviles inteligentes, así como en sistemas integrados, comercializando muchas más soluciones que sus competidores con arquitectura x86, por la que apuestan empresas de la talla de Intel, AMD y VIA. Dicha arquitectura ARM, ha tenido escasa representación en los mercados de escritorios y servidores, debido a la falta de apoyo de los principales sistemas operativos. Esta afirmación va a cambiar rotundamente, tras el anuncio por parte de Microsoft de la compatibilidad de su sistema operativo Windows 7 con la plataforma de ARM. De hecho, en CES también ha sido posible ver por vez primera, un equipo basado en procesador ARM y funcionando con sistema operativo Windows 7.
Todo esto, sin duda, podría significar el fin del monopolio de la arquitectura x86 en entornos de PCs de escritorio, además de extenderse a los mercados de servidores y supercomputadoras.