Mantener una relación positiva de un CIO con su CEO es clave para un trabajo productivo y satisfactorio. Y las acciones que lleve a cabo –terminar su trabajo a tiempo, poner un esfuerzo extra cuando sea necesario, ser voluntario para apoyar iniciativas críticas– pueden ayudar a fortalecer este lazo. Sin embargo, en algunos casos, unas simples palabras pueden romperlo.
Aquí hay ocho frases que pueden hacer sentir mal a los CEO, con explicaciones sobre por qué un CIO debe evitar usarlas en su trabajo:
1. “Señor, le aviso: no podré terminar el proyecto que se debe entregar mañana”. Es importante notificar a su jefe cuando un proyecto está destinado a tener problemas, pero el momento para hacerlo es mucho antes de que la situación se vuelva crítica. Sentarse en un problema hasta que casi termine el plazo de entrega puede convertirse de una piedra en el camino a una montaña de chatarra. Dele a su superior suficiente tiempo para coordinar la ayuda que necesita.
2. “Eso no está en la descripción de mi puesto”. Las condiciones económicas han incrementado grandemente el valor de los profesionales de TI, que pueden ponerse a trabajar con energía cuándo y dónde se les necesite. Hacerlo no se trata sólo de sacrificarse por el bien del equipo. Enfrentarse a los problemas fuera de su zona de confort también le ayuda a construir un conjunto de bien moldeadas habilidades que podrían abrirle oportunidades a lo largo de su carrera.
3. “¿Así qué eso era lo que usted quería? ¡Ups!”. Del mismo modo, cuando no entiende qué se espera de usted, pida esclarecimiento enseguida, en lugar de avanzar en la que podría ser la dirección equivocada. Hacer preguntas al principio de una nueva tarea o proyecto también puede demostrar que está pensando estratégicamente, en lugar de sólo estar siguiendo órdenes. Podría preguntar, por ejemplo: “¿También debería hacer pruebas en X y Y para ver si están relacionados con ese problema?”.
4. “(N) está haciendo tonterías. ¡Haga que pare!”. Agote sus otras opciones antes de apelar a su superior por ayuda con dificultades interpersonales menores. Si algún subordinado no le regresa sus solicitudes por correo electrónico, ¿ha intentado usted buscarlo por teléfono o en persona? Por otro lado, tenga en cuenta que cualquier falta seria de comportamiento aceptable en la oficina por parte de algún miembro del área de TI debería ser puesto en conocimiento de su CEO, si así lo considera pertinente.
5. “Odio decir esto, pero todo fue culpa de ‘N’”. Deje las evaluaciones de desempeño al área correspondiente. Después de un proyecto que fracasa, enfóquese en sugerir formas de mejorar los resultados futuros, en lugar de señalar culpas. Ofrecer evaluaciones no solicitadas del desempeño de un miembro de su equipo no inspira confianza en su habilidad de trabajar con otros.
6. “¿Le gustaría ser mi amigo en Facebook?”. Invitar a su jefe a su red social es generalmente una propuesta en la que nadie gana. Incluso el “mejor escenario” –en el cual su jefe se une contento a su red– puede tener consecuencias desastrosas si los detalles personales sensibles se derraman hacia su vida profesional.
Al mismo tiempo, tenga en cuenta que su jefe también podría preferir establecer un límite entre la casa y la oficina; casi la mitad de los ejecutivos entrevistados por nuestra compañía manifestaron que se sienten incómodos si los empleados que manejan les proponen ser amigos en sus redes sociales.
7. “No creo que usted necesite saberlo“. Incluso los supervisores que toman un enfoque práctico al administrar, aprecian que se les mantenga informados del estado de compromiso o necesidades de recursos. Así que cuando usted tenga dudas sobre plantear una cuestión, póngase en los zapatos de su jefe: ¿Le gustaría saber sobre ello? ¿Plantearlo ayudará a su equipo a cumplir sus objetivos? Incluso decirle a su jefe que un proyecto está yendo de maravilla podría ser útil, ya que le permite saber que usted tiene todo bajo control.
8. “¡Sorpresa! Me voy de la organización”. Reemplazar un miembro productivo del equipo es costoso y lleva tiempo. De hecho, mantener esos trabajadores a bordo es probablemente uno de los imperativos claves de su CEO. En lugar de tomar a su jefe por sorpresa una vez que ha decidido irse, discuta cualquier inquietud que podría causar que usted busque otras oportunidades de empleo a medida que surjan.
Él o ella podría ser capaz de abordar la cuestión y mejorar su satisfacción en el trabajo. Ser abierto sobre esas cosas también alerta a su jefe de problemas que podrían estar arrastrando hacia abajo a todo el equipo, no sólo a usted.
Dave Willmer es director ejecutivo de Robert Half.