Los Juegos Olímpicos son el evento deportivo más grande y prestigioso del mundo, donde los mejores atletas de todas las naciones compiten por la gloria olímpica.
Para conectar a este mundo diverso y garantizar que millones de personas puedan disfrutar de la emoción de las competencias, las telecomunicaciones históricamente han desempeñado un papel fundamental. Desde las primeras transmisiones radiofónicas hasta las actuales redes 5G, la tecnología ha sido la columna vertebral que ha permitido que los Juegos Olímpicos trasciendan las fronteras y se conviertan en un fenómeno cultural alrededor del mundo.
Así, en los primeros Juegos Olímpicos modernos realizados a partir de Atenas 1896, las competencias eran eventos meramente locales que solo podían disfrutarse en vivo desde los estadios; los resultados eran publicados en fechas posteriores por los periódicos de todo el mundo.
Tendríamos que esperar hasta los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 para la transmisión televisiva, pero solo a nivel local. Ahí, se establecieron circuitos cerrados donde miles de personas pudieron seguir las competencias en pantallas gigantes, lo que marcó un precedente en la utilización de la televisión para eventos deportivos.
Posteriormente, en Tokio 1964, surgió un nuevo cambio tecnológico de gran importancia. En esta edición la gente de todo el mundo pudo disfrutar de la transmisión en vivo y a color. Para ello, se construyó una red de microondas que conectaba los diferentes escenarios deportivos con los centros de transmisión.
Adicionalmente, los satélites geoestacionarios de comunicación comenzaron a utilizarse para transmitir las señales de televisión a larga distancia, lo que permitió que los espectadores de todo el mundo pudieran seguir los Juegos Olímpicos en tiempo real y con cobertura mundial.
Cuatro años después fue el turno para México de ser anfitrión de este magno evento. Ahí, el gobierno mexicano realizó una inversión de $2,199 millones de pesos; mismo que tardó una década en cubrirse. Este gasto incluyó la modernización de la red de telecomunicaciones de la época para cubrir las expectativas que el evento demanda. Para ello, se continuó con el uso de satélites y tecnología coaxial para continuar con la transmisión de los eventos en vivo a todo el mundo, lo que significó un avance para los servicios en México de forma permanente.
Unas décadas después, Atlanta 1996 fue un punto de inflexión en la utilización de internet para los Juegos Olímpicos. Ahí, se utilizó por primera vez de forma masiva internet en todo el mundo. Resalta la creación de un sitio web oficial que ofrecía información sobre los atletas, los eventos y los resultados.
Actualmente se celebran los Juegos Olímpicos de París, que ya es un evento multiplataforma que puede ser presenciado en televisión abierta, de paga (cable, microondas y satelital), por internet o plataformas de streaming. Son accesibles en una gran variedad de dispositivos como los aparatos receptores, smartphones, tabletas, laptops y otros.
Un punto de gran innovación en estas olimpiadas es el uso de inteligencia artificial utilizada para un sinnúmero de aplicaciones, desde el entrenamiento de atletas con análisis de datos personalizados, evaluación inteligente de resultados, explicación en vivo de competencias y dudas para el público, hasta la optimización de la logística y la seguridad del evento.
Además, mediante el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías de inmersión en los deportes, como la realidad virtual o aumentada, la diversidad de los métodos de consumo seguirá en aumento hacia nuevas y emocionantes innovaciones.
Un ejemplo de esta realidad aumentada ya se pudo presenciar en la ceremonia de inauguración, cuando se utilizaron estrellas de realidad aumentada para simbolizar la bandera de la Unión Europea volando alrededor de la Torre Eiffel.
Así, aunque históricamente han sido los periodos de beligerancia aquellos que han marcado el avance tecnológico, hoy bien pueden ser los eventos deportivos los que nos permiten dar seguimiento al pulso de los avances en estas plataformas, dispositivos y formas de interactuar con los contenidos.
-Santiago Piedras, The Competitive Intelligence Unit