En los últimos años, compartir en redes sociales viajes, logros, relaciones e incluso actividades cotidianas se volvió una práctica común. Esta exposición constante es conocida como oversharing, y aunque en su momento funcionó para acercar a las personas, hoy abre las puertas al fraude, extorsión, acoso y hasta secuestro.
“Es muy importante que los usuarios adopten prácticas de privacidad proactivas para un control efectivo de los datos personales. Lo que antes se consideraba una exageración, como el ‘modo fantasma’ o la limitación de la información compartida, hoy es una estrategia fundamental para proteger nuestra identidad y seguridad”, explica Raúl Fernández, QA Engineer y especialista en ciberseguridad en Klibu, plataforma que ayuda a los usuarios a saber con quién hacen negocios para que tomen mejores decisiones.
Cada vez más personas adoptan medidas que antes parecían innecesarias; por ejemplo, ocultar rostros de menores, eliminar seguidores desconocidos o restringir quién puede acceder a su contenido.
Estas prácticas son una respuesta obligatoria para reducir la exposición personal en un entorno que, aunque ofrece múltiples beneficios, también representa riesgos para la seguridad física, emocional y financiera. De acuerdo con la Secretaria de Seguridad Ciudadana (SSC) , se reciben alrededor de 3 mil reportes mensuales, de los cuales, 38% corresponden a las categorías relacionadas con algún tipo de fraude y suplantación de identidad.
A continuación, Klibu presenta 5 acciones que antes te parecían exageradas y hoy son clave para cuidar tu privacidad en redes sociales:
- Desactivar la ubicación automática en publicaciones: Inhabilitar esta opción ha dejado de verse como un acto de paranoia y se ha convertido en una medida básica de seguridad. Compartir la ubicación exacta puede alertar a personas con malas intenciones sobre rutinas, lugares frecuentados o ausencias prolongadas.
- Ocultar el rostro de menores: Cubrir con emojis los rostros de niños y niñas es una estrategia de protección frente al robo de imágenes, la creación de perfiles falsos o el uso de fotos infantiles en contextos indeseables.
- Limitar el acceso de las historias o publicaciones: Usar las herramientas de privacidad para decidir quién puede ver cada publicación ayuda a proteger la información personal, sobre todo en las redes sociales donde el contenido puede guardarse con facilidad.
- Eliminar seguidores que no generan confianza: Limpiar la lista de contactos que no tienen un vínculo real permite disminuir la exposición y dificulta que perfiles sospechosos accedan a datos, imágenes o rutinas personales.
- Evaluar qué información sobre bienes materiales o logros personales se comparte en redes: Este tipo de contenido puede atraer fraudes, suplantaciones de identidad o incluso delitos intencionados. Reservar cierta información como montos, ubicaciones o compras es una forma consciente de autoprotección.